Próximos a terminar la residencia en Nenquén, se fortalecen los lazos y aparecen vecinos con nuevas ideas y ganas de participar. El grupo juvenil, tras las intervenciones en los murales, se empodera de su visión de Nenquén a meses de partir a la capital a comenzar sus futuras vidas universitarias.
Inconscientemente se presagia nuestra partida. Aprovechamos estas nuevas visitas y motivación para energizar el proyecto del libro.
La sede ex-colegio se ve invadida de recortes, escritos, fotos y mapas conceptuales. Junto a los vecinos se le va dando forma a un objeto que toma sentido de libro y del cual los vecinos comienzan apropiarse cada vez más.