Hace exactamente una semana nos habíamos reunido en el mismo espacio dentro de la casa del Centro Cultural Museo y Memoria de Neltume, estábamos expectantes de volver a reencontrarnos con cada una de las participantes de estas jornadas que hemos convocado. En la primera sesión habíamos dejado dos interrogantes para que todas reflexionáramos durante la semana – ¿cuáles son tus redes? ¿Qué representan las arañas para ti?– las cuales fueron respondidas en sus bitácoras personales y las compartimos una a una en un círculo. De esa forma iniciamos la segunda sesión. Quienes se incorporaban por primera vez a este espacio comunitario, se presentaron y nos contaron de sus motivaciones de integrar la red de tejedoras, nos hablaron de dónde vienen, nos compartieron un poco de sus vidas.
En este segundo encuentro llegaron nuevas personas a formar parte del grupo que estamos armando, durante la mañana se unieron tres trabajadoras del Museo: Janet, Anita y Gloria Herrera. Y participaron por segunda vez: Adelina, Irene, Carmen Llancapichun, Liliana y Carmen Herrera. Durante la tarde, compartimos nuevamente con Eliana, Nayaret, Janet Burgos y Gloria, y por primera vez junto a Isaura, Violeta, Rosa, Marlin, Yanette Valenzuela y Miriam.
Continuamos tejiendo cordones andinos, pero esta vez trenzamos otro cordón que lo llamamos el de “los primos”, donde los movimientos son los mismos que el cordón de los hermanos, pero el orden de los colores cambia, entonces le damos otro significado. Posterior al trenzado de los cordones, aprendimos las partes del witral y sus elementos: kilwo, trapel, rangiñelwe, ngerewe, zuwewe, witra witral y tonon. Sobre este último, hicimos hincapié en su significado, porque el tonon es un ayudante para el/la ngerenkafe (tejedor/a), facilita el trabajo al pasar las hebras de atrás hacia adelante de forma más rápida, nos ahorra tiempo. Aprovechamos de dejar la pregunta para la próxima sesión ¿quiénes son los tonones en tu vida? donde tendrán que profundizar sobre las personas que las ayudan y sostienen en sus vidas.
Cuando realizamos el cierre donde todas compartieron palabras sobre la jornada, Marlin mencionó que mientras trenzaba los cordones empezó a tener recuerdos de su niñez, donde acompañaba a su abuela a lavar las madejas al río, luego la veía escarmenar e hilar. Por otra parte Miriam, quien es artesana en madera por más de 15 años, reflexionó sobre la diferencia física de trabajar con lana, porque es mucho más sutil y delicado en comparación a la fuerza que se ejerce al trabajar con madera, porque conectarse con el witral es explorar otras sensibilidades y dimensiones.
Al llegar a casa, estábamos muy contentxs y conmovidxs por todo lo vivido en ambas jornadas, sentíamos tanta alegría de las conversaciones que surgieron en el espacio, de lo que estamos tejiendo de manera intangible con la historia y memoria de cada una. Sin embargo, la tristeza y rabia nos estremeció por completo al enterarnos del asesinato del weichafe Camilo Catrillanca, una vez más el racismo y sesgo político destruye la vida de un hermano mapuche. Estamos agotadxs de los montajes policiales, de las mentiras de los gobiernos de turno, y por sobre todo, estamos profundamente heridxs con tanta sangre derramada.