Hoy es el último día del año. Sin embargo, en cuanto a pensamientos sobre fechas y temporalidades, lo he sentido como el momento de un mes por delante. Da tiempo para hacer pero también para concluir.
Empiezo a pensar en ideas no concretadas o transformadas con el transcurso del tiempo en la residencia. Recuerdo que una de mis ideas era retratar las 24 horas del día, en distintas jornadas. 24 días, una hora en específico. No lo hice, entre la poca disciplina y el trajín del trabajo, lo descarté. Ahora que queda un mes se me van ocurriendo nuevas ideas: Retratar los espacios públicos, lograr un par de retratos a los hombres a caballo, a los niños juntos. Representaciones que logran contar el imaginario de la Toma Violeta Parra.
Además empieza el período de concluir e ir cerrando los proyectos desarrollados. Me entusiasma el proceso de edición, tanto con vecinos como entre el colectivo. De por sí, tiene conversación y reflexión en torno a la imagen, aparece un proceso creativo distinto.
Es generosa la oportunidad que tengo. De darme cuenta a tiempo la posibilidad de crear y a la vez concluir. De combinar mi práctica colectiva con la individual. Es lo que espero de mi camino. Hoy a pesar de ser el último día del año, comencé con lo de los espacios públicos.
Juan.