De cierta manera, después de que finalizaron las clases, el proceso se activó más. El grupo de jóvenes que se ha hecho parte de esta residencia, cuenta con más tiempo y lo invierte en las actividades del proceso. Es en este contexto que, en nuestro último encuentro, acordamos reunirnos todos los días de esta semana –entre lunes y viernes–, para lograr la realización de nuestra obra.
Entre ayer y hoy, nos hemos dedicado a materializar un espacio, una escenografía y los personajes, que nos permitirán contar nuestra historia. Una parte de los tubos de PVC nos sirvió para la creación de una estructura que dará soporte al fondo, mientras que una mesa cubierta con plumavit, se convirtió en la base.
De acuerdo a la historia, tenemos tres personajes, y para su creación, el grupo ha tenido que ir más allá de sus habilidades en pintura, teniendo que atreverse a imaginar, crear, confeccionar y modelar. Respecto a los escenarios, hemos definido tres: bosque en su estado natural, ciudad y bosque intervenido. Para su creación, hemos recordado elementos de nuestra salida al río y el contraste que observamos en esta.
Pancho ha realizado algunos bocetos, tanto de escenografía como de los personajes. Su habilidad en el dibujo lo impulsó a realizar el story board de nuestra obra –algo que yo, ni siquiera había contemplado, ni mucho menos mencionado–.
Han sido dos jornadas muy intensas, donde no paramos en todo el día, pero en las que vamos avanzado, con el aporte de todas/os. Frente a esto, percibo que se ha generado un lazo de apropiación respecto al proceso.