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Residencia: Historias hiladas El Salto - Pichidegua, O'Higgins - 2018 Residente: Colectivo Las Niñas
Publicado: 21 de noviembre de 2018
Un pueblo sin memoria es un pueblo sin historia

Durante estas semanas de residencia hemos ido recopilando variadas historias del Salto, y cada vez nos surgen más dudas respecto al origen de esta localidad ¿cuándo se crea El Salto como fundo y cuando deja de serlo? ¿La tierra siempre tuvo un dueño? Por lo que en la reunión de este miércoles nació la idea de hacer una línea de tiempo que nos ayudara a visibilizar las distintas etapas y transformaciones del territorio. Según los relatos de abuelos, madres y padres de quienes nos encontrábamos armando la línea de tiempo, el Salto como fundo se debe haber originado en la década de los 20´, previo a esa fecha formaba parte de la gran hacienda Almahue, la que comprendía un terreno mucho mayor. Así damos inicio a nuestra línea, a contar de los años 20´. De a poco comenzaron a recordar los relatos de sus ancestros, y también las personas de más edad sus propias vivencias, de cómo la vida antiguamente era muy distinta aquí:

Al llegar a trabajar aquí les pasaban una casa y un pedazo de cerco para sembrar, tenían un allegado trabajador para que pagara la segunda obligación por la casa,  hasta que los hijos crecían y se ponían a trabajar en el fundo, sirviendo ellos como paga, dejando los estudios y juegos de niño (alrededor de los 10 años.) La mujer dueña de casa debía atender al allegado “como rey”, mejor incluso que al marido. El fundo contaba además con administradores, algunos muy crueles, como Rafael Rodríguez, quien con severidad proclamaba “Lo que yo mando no lo desmanda ni cristo”

Junto con realizar la línea de tiempo, avanzamos en la recopilación de fotos de archivo y de las cámaras desechables que les hemos entregado. También nos han llevado objetos que hablan del pasado, como el cuaderno que Bernardita guardaba desde la educación básica, en el que atesora puntos de croché que les enseñaban en la escuela.

La reunión de hoy se extendió hasta pasada las 9 de la noche. Esto de viajar al pasado a través de los recuerdos es algo que motiva e incentiva a todos los asistentes. Somos las últimas en irnos de la escuela, al salir la oscuridad y el silencio inundaba la calle principal, solo animaba este paisaje el tenue murmullo de los insectos, y una suave brisa que movía las ramas de los árboles. Llegando a casa nos esperaba Satanás y al vernos huyó, nos invade la duda… ¿Quién le teme a quién?

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