Nos levantamos muy temprano para salir a caminar por unos senderos que existen por los bosques que se erigen detrás del pueblo de Neltume en dirección al norte. Por mucho tiempo siempre mirábamos la antena que está en su cima como algo lejano y con mucha curiosidad de cómo sería la vista panorámica desde ahí. Para nuestra sorpresa, ayer nos invitaron algunas personas que viven acá con las que hemos hecho lazos de amistad durante esta residencia, para salir a recorrer este camino entre los bosques y así compartir el día mientras nos adentramos en la multiplicidad de verdes tan densos y frondosos.
Llevamos abundante agua, algunas cosas para comer. Comenzamos a subir desde la copa de agua hacia arriba, escalando empinados caminos y siguiendo pequeños senderos que se camuflaban con el bosque. En el camino encontramos madera cortada utilizada para hacer leña, así como también a varios jóvenes en moto que utilizan estos senderos para practicar su deporte. De a lo lejos escuchábamos el sonido del motor, a ratos pensábamos que estaban talando algunos árboles, pero en realidad eran motos haciendo piruetas por unos circuitos entre el bosque. Nuestro objetivo era llegar a la pampa del venado, pero por alguna razón nos perdimos del camino, hicimos un recorrido de tres horas, cruzamos por una pequeña cascada de agua que pasa por la montaña y que llega hasta el pueblo de Neltume. Por los veranos la gente va a bañarse y a reunirse por ahí, le llaman “el chorrillo” a esta corriente de agua cayendo.
Admiramos la belleza de viejos árboles de troncos muy grandes, que han persistido al tiempo, disfrutamos mucho de este recorrido que es muy distinto a los senderos que hay en la reserva de Huilo Huilo, que si bien son hermosísimos, están completamente intervenidos con paisajismo y con una noción turística de la experiencia. En este caso, fue muy distinto, pues los senderos son de uso de los habitantes de Neltume, no están hechos para la explotación del turismo en ellos, sino la experiencia fue adentrarse a subir la montaña y camuflarnos en el bosque nativo. Hemos aprendido mucho sobre la madera nativa, ya podemos distinguir varias especies: notro, hualle, tepa, raulí, canelo. Pero también nos sorprendió ver muchas hierbas medicinales creciendo silvestre: matico, menta y mucho chilco.
Una vez que llegamos a la cima donde se encuentra la antena, vimos a muchas arañas gigantes y reconocimos el sonido de muchísimas aves. Luego de mucho caminar y subir complejos caminos, quedamos al borde de la emoción de ver Neltume desde esta hermosa vista, mirando desde arriba sus casas, el aserradero, el morro de aserrín. Descendimos por otra bajada donde rodamos cuesta abajo debido a lo empinado que era, pero disfrutamos mucho toda esta aventura. Una vez en el pueblo, nos llamó Edgardo, ex presidente del sindicato de artesanos en madera de Neltume, con quién también hemos hecho una estrecha amistad, así como también a su familia, para invitarnos a su taller a compartir un asado que habían hecho. Ahí seguimos conversando sobre nuestras vidas, sobre los vínculos que se han establecido. Nos dijo que pronto tiene que hacer unos chemamüll, así que nos iba a invitar a ver cómo los hace para que lo ayudemos a registrar el trabajo.