BitácoraResidencias de arte colaborativo

Residencia: Rutas de encuentro Cochrane, Aysén - 2018 Residente: María Jesús Olivos
Publicado: 8 de diciembre de 2018
Apropiación colectiva

El miércoles realizamos un taller en el Liceo con los de 2º Medio, el mismo curso con el que hicimos el último mapa de tierra. La idea del taller fue cuestionar los mapas tradicionales, entendiendo que mayoritariamente son representaciones ideológicas desde la mirada de vuelo de pájaro. Pero que pasa si hacemos un mapa de nuestras experiencias en relación al territorio, donde aparezcan aquellos lugares que suelen ser invisibles y que los jóvenes conocen, aquellos espacios y rutas que contienen emociones, que habitan, frecuentan y son significativos. Como también reconocer aquellos lugares que les incomodan.

Eran las 8am, los y las jóvenes estaban medio dormidos al principio, pero poco a poco fueron involucrándose. Fue interesante como fueron entendiendo que la percepción de un lugar tiene relación con las experiencias, y en ese señalar van apareciendo temáticas que atraviesan esas experiencias. El tiempo que teníamos era muy corto, en la segunda sesión nos contarán qué fue lo que marcaron y juntxs vamos a escoger uno de esos lugares para intervenirlo.

Al día siguiente por la mañana emitimos nuestro programa de radio “Ser mujer en la Patagonia”. Magali, nuestra amiga que trabaja en la radio, escuchó el programa con detención, al finalizar el programa me entrevista para que cuente las actividades que estamos realizando en Cochrane. Le cuento que a partir de este programa hemos decidido realizar un Círculo de Mujeres porque vemos que es necesario. Comento lo importante que es reunirnos para compartir experiencias, saber que hay muchas mujeres con historias similares, con las mismas preguntas. Cuando hay violencia, muchas veces como mujeres tenemos vergüenza de contar lo que estamos viviendo, sentimos culpa, o simplemente no identificamos o nombramos la violencia.

Hicimos la invitación abierta para todas las mujeres que quieran participar, Magali me comenta que le gustaría mucho participar y que se debería hacer más de una vez.

Durante el día comenzamos a mover las fichas para que el Tapiz sea expuesto en el Mercado, hablamos con el encargado de Turismo quien está a cargo del Mercado. Al parecer tenemos todo el apoyo para que el Tapiz quede instalado ahí. Esa tarde nos reunimos como todos los jueves en la sede del adulto mayor para trabajar en el Tapiz. Ese día terminamos de escribir la carta al Alcalde y al Consejo Municipal y la compartimos con el colectivo. En la carta explicamos que como colectivo concluimos que queremos donar el Tapiz al museo y que forme parte de su colección.

Considerando el valor patrimonial que significa esta obra y su proceso, el cual entre muchas otras cosas dignifica y re significa el oficio textil, el aprendizaje colectivo, el intercambio de conocimientos y saberes de manera transversal.

Debido a que hasta la fecha el museo se encuentra inactivo, queremos solicitar que éste se haga cargo de su mantenimiento y cuidado, mientras tanto se expone en el Mercado, hasta el momento que éste se reactive.

El colectivo estuvo de acuerdo con la redacción de la carta, y se pasó una lista para que todxs lxs autorxs firmaran. Se planteó que algunx de nosotrxs sea el o la representante en un futuro cuando el museo abra sus puertas.

Este día la performatividad de realizar un tapiz con estas características, se expandió. Además de los integrantes de siempre llegan Karla y sus dos hijas, una de ellas Sandra, con 9 años. Se suman también tres jóvenes del Liceo. Todxs cociendo y bordando, conversando del asado que nos íbamos a mandar cuando termináramos el Tapiz. Yo preocupada por el tiempo, comento a algunos que si no acabamos a tiempo podemos pagarle a alguien que haga las terminaciones del Tapiz. Tres personas me responden que ellos pueden comprometerse con eso, no es necesario pagarle a otra persona.

Me alegra ver que la obra la sienten propia y que están orgullosos de lo que han logrado hasta ahora.

Isabel coció la primera Escuela de Cochrane, teje la bandera chilena y el cartel de la escuela. Letricia trae bordado su árbol, pintó un huemul y un caballo rojo con su espíritu interior de color blanco.

Eran las 20hrs y todos nos fuimos en patota al Gimnasio Municipal. BAFONA se presentaba en Cochrane, el gimnasio estaba lleno. Fue un bonito espectáculo y más compartirlo con algunxs de nuestrxs amigxs del Tapiz.

Al día siguiente Yochi nos invita a andar en kayac con algunos de sus alumnos. Amablemente nos da una clase y nos enseña cómo usar un kayac. Navegamos por el río, era de un verde turquesa, transparente incluso en su profundidad. Nos rodeaban los pájaros. Fue bello ver que un grupo de personas se había preocupado de crear una escuela de kayac abierta y gratuita al pueblo, donde todxs tenían acceso a ella. Les importa compartir este deporte como una forma de conocer su propio río y de entender su territorio, cómo los ríos se conectan entre sí.

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