BitácoraResidencias de arte colaborativo

Residencia: Rutas de encuentro Cochrane, Aysén - 2018 Residente: María Jesús Olivos
Publicado: 22 de noviembre de 2018
Arte y transformación social: La abundancia

¿Qué implica emprender un proceso de arte colaborativo?

¿Cuáles son las formas de diálogo con la comunidad?

Nos preguntamos desde un comienzo sobre los medios que nos acercarían a la comunidad, cuando ahora nos damos cuenta que las acciones artísticas que hemos realizado tienen más que ver con que la comunidad dialogue entre sí, se conozcan entre distintas generaciones y agrupaciones. El arte puede ser un dispositivo para generar una transformación social, y eso lo pudimos corroborar en estos días.

El sábado Karla nos invitó a conocer su proyecto familiar Ecofamilia a orillas de la Laguna Esmeralda. Fuimos a recolectar morillas, Karla nos cocinó pizza y nos regaló semillas. Nos habla de la abundancia de vivir en este sector, de cómo compartiendo tus recursos y el vivir en comunidad genera abundancia. Toda su casa está hecha de ecoladrillos y maderas recicladas, hace 6 años que no generan basura, todo lo reutilizan para la construcción de su casa. Nos sentamos alrededor de la cocina mirando las montañas y la laguna esmeralda.

Al día siguiente hicimos un paseo al Glaciar Calluqueo, a las 7 am nos esperaba Rodrigo de “Sur del sur”. Después de una hora de viaje nos encontramos con un paisaje hermoso,  de piedras de muchos colores y líneas conformadas por los movimientos de los hielos. El glaciar está retrocediendo, hoy es la mitad de su tamaño que hace 40 años atrás, en su derretimiento se van desprendiendo rocas y sedimento. Caminamos sobre las piedras, abajo había hielo, el camino era muy inestable. Ese suelo para mi era una analogía de la inestabilidad y cambio en el que nos encontramos como equipo “Rutas de encuentro”,  el paisaje está cambiando y nosotros nos movemos con él en busca de nuestro lugar. Luego nos pusimos crampones y tuvimos la oportunidad de caminar sobre el glaciar, en el camino escuchamos los distintos sonidos del agua que corría en las profundidades de las grietas, y al llegar a la cima, hicimos una acción. Llevé conmigo un cuerno de cerámica que construí a principios de este año, mi intención era tocar el cuerpo en ese paisaje y escuchar cómo respondía la montaña.

La semana comienza con nuestra reunión de pauta, nos dividimos las tareas y comenzamos a trabajar. El colectivo está funcionando muy bien, cada uno tiene un rol específico a la vez que colaboramos y pensamos juntos cada una de las actividades.

El día martes fue un día importante. Ese día en la mañana lanzamos el segundo programa “Rutas de Encuentro”: Migraciones. Después supimos por la profesora de arte del Liceo que habían puesto el programa para escucharlo en la sala de profesores. Reverberancias.

Ese mismo día por la tarde invitamos a toda la comunidad a la proyección del documental “Itrufill Mongen” (De todo vivimos)  en el Centro Cultural de Cochrane, realizado por Diego Olivos y Macarena Bastidas, miembros del equipo “Rutas de encuentro”. La muerte de Camilo Catrillanca, los movimientos sociales a nivel nacional y la lucha contra las zonas de sacrificio (Considerando que aquí recién comienza la lucha de Patagonia sin más mineras) hacían que el presentar el documental aquí y ahora tuviera mucho sentido. El documental aborda la cosmovisión mapuche a partir de dos comunidades en Tirúa, Región del Bíó Bío, que hacen resistencia contra las empresas forestales de la zona, reforestando bosques nativos para la conservación de las cuencas de agua y el uso de plantas medicinales.

Me preocupé especialmente de invitar a Rosa Caucaman, mujer Huilliche de Cochrane que trabaja con plantas medicinales y que alguna vez perteneció a la agrupación mapuche de Cochrane.

Llegó la hora de la proyección, con sopaipillas y el infaltable mate, la sala comenzó a llenarse de gente, éramos casi 40 personas, entre ellos muchas caras nuevas. Un profesor del liceo trajo para compartir un video de CNN Chile en el que se muestran los montajes de carabineros y la muerte de comuneros mapuches en los últimos  gobiernos.

Después de ver el documental hicimos un círculo y cedimos la palabra a la comunidad para reflexionar juntos cómo todo esto resuena en su territorio. Rosa Caucaman toma la palabra y comparte su oficio, cuenta de sus raíces huilliches y cómo lleva su conocimiento de hierbas medicinales en la escuela con los niños.  De ahí comienzan poco a poco a pronunciarse distintas voces, entre ellas una mujer de Chañaral que andaba de paso y nos cuenta de la contaminación del agua en su región y que le parece importante que existan estos espacios democráticos para que la personas puedan expresarse. Otra mujer expresa su anhelo de que no exista más violencia en este país. En la conversación aparece el miedo a manifestar la opinión en espacios públicos, la vergüenza de ser mapuche. Se manifiesta la necesidad de reactivar la agrupación indígena que existió hace unos años atrás en Cochrane, algunas jóvenes ofrecen su apoyo para que esto se realice.

Se hace tarde y tenemos que retirarnos del Centro cultural, la comunidad aprovecha el impulso para continuar la reunión afuera del recinto bajo la lluvia, todos y todas se ponen de acuerdo para realizar una manifestación al día siguiente en apoyo al pueblo mapuche, por una sociedad donde nos cuidemos entre todos y todas y cuidemos nuestro medio ambiente.

Fue emocionante ser testigos de cómo el gesto de compartir este documental y dar espacio para la conversación, se transformaba en un acto de transformación social. La comunidad al parecer necesitaba ese espacio, esto dio pie para conocerse entre los vecinos y las agrupaciones, ofrecerse apoyo y comenzar a agruparse.

Al día siguiente nos reunimos casi 30 personas en la Plaza del Pueblo, hicimos lienzos, tocamos batucada, otros trajeron su Trutruca, se veían banderas mapuches. No habíamos preparado ningún discurso, pero de manera espontánea algunas personas tomaron la palabra, entre ellos un caballero de Tortel da su testimonio de cómo le estaban quitando sus tierras. Algunos nos comentan “Esto fue una gran marcha. Desde Hidroaysén que no ocurría algo así”, el profe Pato insiste en que esta fuerza no afloje, que hagamos encuentros culturales y seguir reuniéndonos.

El proceso ha sido muy performativo, ha sido de poner en el espacio un gesto o una metodología que genera los encuentros, las preguntas o un empujón a movilizarnos, agruparnos.

Cuando apenas vine a visitar este lugar, lo que más se recalcó en el levantamiento de información de Servicio País fue la existencia de 59 agrupaciones en Cochrane,  así mismo el CAC (Comité ambiental comunal) busca la comunicación entre agrupaciones. Ahora me doy cuenta de cómo el arte es un “marco no marco”, el hecho de no encasillar, que se sitúe en lo no formal, fuera de lo normativo, o la institución, abre puertas, da libertad para que emerjan discursos y encuentros espontáneos entre personas diversas. Vimos que en la comunidad de Cochrane necesitan conocerse fuera de sus zonas de confort, conocer identidades y organizaciones alternativas, no las que siempre se nombran. Conocer lo que está haciendo el o la vecina para economizar recursos y potenciarse entre sí.

Tal como lo decía Karla, cuando nos agrupamos hay abundancia.

Dejo mi página web donde también se puede ir viendo el proyecto de Residencia que estamos llevando a cabo: https://www.mariajesusolivos.cl/rutasdeencuentro

II Programa «Rutas de Encuentro: Migración:

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