El objetivo es utilizar el arte para encontrarnos desde otro lugar, involucrando el cuerpo y los sentidos para así compartir diversidad de miradas, memorias y saberes, facilitando espacios de escucha y aprendizaje colectivo, donde el arte se convierta en un recurso de integración social e interrelación entre las diversas organizaciones. Por otra parte, explorar formas creativas de colaboración entre las organizaciones y de vinculación con el territorio, propiciando la autonomía y el empoderamiento de la comunidad participante por medio de prácticas performativas. Esto permitirá activar espacios socio-culturales en desuso a través de la participación y apropiación por parte de los participantes durante la residencia, para que la comunidad se identifique como capital cultural.
Artista y educadora de artes visuales. Desde el 2008 profundiza en el campo de la performance, el aprendizaje a través del cuerpo, y metodologías artísticas interdisciplinares. Ha participado en diversas muestras colectivas en Chile, Brasil, Argentina y Barcelona.
El año 2014 viaja a Barcelona a estudiar un Máster en Arte y educación, un enfoque construccionista (U. De Barcelona), desde ese momento comienza a desarrollar proyectos artístico-educativos y colaborativos que involucran el cuerpo, sonido y dibujo, para explorar temas de identidad y territorio, llevándolos a cabo en diversos centros cívicos y espacios culturales. Allí por medio de la residencia artística en EART (Experimentem amb l’Art, 2015-2017) y su proyecto conjunto con Sonia Esplugas ‘El cuerpo que dibuja’ tiene la oportunidad de experimentar con diversos colectivos y entidades educativas. Los últimos tres años fue activista en Sindihogar (Sindicato de mujeres migrantes trabajadoras del hogar y el cuidado), donde experimentó economías solidarias para compartir saberes, políticas de cuidado y la importancia del trabajo en red. De esta manera María Jesús, junto con su compañera Verónica Morante crean y gestionan jornadas de “Arte y mimopolítica” donde el arte se convierte en una escusa para cuidarnos, encontrarnos y activar redes. En los encuentros trabajamos el empoderamiento, empatía y sororidad entre mujeres.
Su práctica artística es una exploración del arte como alternativa emancipadora, la posibilidad de re-inventar identidades; reivindicar lo individual y lo colectivo; construir un territorio para afirmar quienes somos.
María Jesús considera el cuerpo como espacio pedagógico de exploración, investigación y creación, se basa en la intuición y la confianza en el cuerpo, para pensar en la acción. Por medio de lo performativo explora el arte como espacio pedagógico para observarnos, visibilizar problemáticas sociales, re pensarnos y construir realidad.
El arte como herramienta social, nos facilita el (re)conocimiento de nuestras multiplicidades, de nuestros imaginarios individuales y colectivos colaborando en el aprendizaje mutuo y la generación de conocimiento colectivo. Sirve como un medio para democratizar el lenguaje y comunicarnos desde otro lugar.