Don Víctor nos dio el contacto de don Ariel Millacheo, artesano de Caleta Cóndor quién ha difundido ampliamente su trabajo por toda la región. Nos dice que es muy importante que lo visitemos porque trabaja también con alerce y que hace cosas muy bonitas. Son vecinos en el río Cholguaco, así que es el mismo don Víctor quien se ofrece a llevarnos hasta la casa de don Ariel. Nos bajamos del bote y nos encontramos con una hermosa casa de madera. Nos recibe don Ariel y nos hace pasar. Nos cuenta cómo ha sido su vida aquí, de su familia, y otras historias de antiguos lonkos, históricos para toda la localidad de Mapu Lahual y sus alrededores, de lo importante que ellos fueron para la protección del territorio. Nos enseña un diario que publicita una feria de artesanía de la región en donde aparece él. Estamos sentados sobre asientos que él mismo hizo. Luego de un rato nos lleva a conocer su taller.
Llegamos a un galpón grande donde están sus herramientas y materiales de trabajo: mucha madera y trozos rojizos de alerce. Se puede oler y sentir la madera y la tierra. Nos muestra piezas, platos, vasos y otras figuras que realiza con sus manos y su maquinaria: los tornos. Nos hace demostraciones de cómo utiliza las máquinas para darle forma a lo que se desee hacer. Cuando tiene alguna feria a la que asistir, se prepara y lleva muchas piezas para vender. Dice que debe hacerlo con mucha delicadeza y cuidado, por todos los traslados que debe hacer para llegar a destino: embalar todo para que nada se trice, llevarlo hasta el río, subirlo al bote, llegar a la lancha grande, llegar a Bahía Mansa, y de ahí tomar una micro que lo lleve hasta Osorno, y luego dirigirse a donde vaya en bus. Vemos que no solamente se trata de ir a buscar el alerce muerto, realizar la pieza, sino todo el esfuerzo de traslado de ellas para llegar con su artesanía, ojalá sin picaduras ni raspones. Esto le da un valor agregado a todo su trabajo y los objetos que con suma delicadeza y dedicación realiza.
Don Ariel es un artesano reconocido en la región, y creemos que se ha sabido valorar su trabajo y esfuerzo. Lleva años trabajando y además usa materialidades que tiene a la mano, lo que le da un carácter muy local y único a su artesanía. Después de habernos mostrado su hermoso taller y conversar, nos invita a un cafecito y pan amasado (que él mismo prepara). Nos vamos y nos regala 2 vasos grandes y una bandeja de alerce, hechas por sus propias manos. Nos va a dejar en su propio bote a motor por el río Cholguaco.