Cuenta la historia que hace algunos años atrás, en Caleta la Barra, los pescadores encontraron un animal que no podían identificar. Creían que era un lobo, pero su tamaño gigantesco los hacía dudar. El animal estaba subiendo por el río Toltén y cuando salió a respirar, los pescadores en sus botes se asustaron porque nunca antes lo habían visto. Subió hasta la isla de los pinos, ahí salió para descansar, en ese momento los pescadores de la caleta lo amarraron y lo llevaron a la orilla, donde entre todos lo mataron, por el miedo que les daba imaginarse que este monstruo viviría en el río mientras ellos pescaban, o que quizás un pescador con mala suerte fuera atacado por él dándole vuelta el bote o incluso matándolo.
Una vez en tierra nadie podía descifrar qué especie era, “Quizás es el lobo padre de todos los otros lobos”, pensaban algunos, mientras otros decían “No puede ser un lobo, es muy grande y además tiene un trompa”. Es en ese momento cuando el profe de la escuela fue a buscar una enciclopedia de animales de la Antártica, revisaron todas las páginas hasta que llegó la respuesta: ¡era un Elefante Marino!
Los pobladores de la Caleta aprovecharon la carne de este animal y se la comieron al disco, tuvieron carne por varios días. Además vendieron el aceite a algunos afuerinos interesados que venían a comprarlo por sus supuestas propiedades curativas.
Esta es una de las versiones de la historia del elefante marino, un evento muy recordado en Caleta La Barra.