Llegar en primavera ha sido una gran maravilla, los árboles floreciendo y las callejuelas de tierra inundadas de flores. Este lugar tiene una relación entrañable con los caballos, con las “bestias” como le dicen las y los lugareños. Sus huellas subyacen en los caminos de tierra y piedra, propias de la naturaleza de un asentamiento a los pies de la montaña. Caminar y encontrar detalles. Observar y ser deriva.