Dentro de las primeras actividades contempladas en la residencia, habíamos planificado una acción que nos permitiera conocer el territorio de mano de las y los habitantes. Lo hicimos, pero esta vez, quisimos mirar también con ojos más jóvenes. Fue así como a comienzos de semana, mediante una coordinación previa con los profesores de la Escuela, realizamos una actividad con los niños del Taller de Medio Ambiente.
Nos pusimos en sus manos y les pedimos que fueran nuestros guías (no)turísticos. El ejercicio fue sencillo: salimos a caminar por las calles y mientras transitamos por ellas, nos fueron presentando la Villa Tehuelches. El recorrido lo encabezaron cuatro estudiantes que viven en el Hogar de la Escuela, un Internado al que llegan los días domingo a las 8 de la noche y parten a sus casas los viernes a las 3 de la tarde, no son necesariamente de Villa Tehuelches, pero habitan el territorio y lo conocen a la perfección.
Durante nuestro paseo, nos hablaron de cada casa por la que pasábamos, conocen muy bien a sus habitantes y entre todas y todos hay un trato cercano, familiar, las “tías” y “tíos” abundan. Fuimos aprendiendo a cada paso un poco de su historia, fuimos entendiendo la complejidad de encontrar una historia oficial entre tantos relatos fragmentados y aparentemente inconexos, mientras veíamos pasar la escuela antigua, el rodeo y el mirador. Nos mostraron sus lugares favoritos, donde juegan, donde se reúnen, nos hicieron ver Villa Tehuelches con ojos jóvenes, mirada fundamental para entender cómo se proyecta la historia de un territorio.
Continuamos nuestro inicio de semana con la labor de terminar nuestra primera mirada y de conocer a la mayor cantidad de personas e instituciones del lugar, con el fin de recabar información fundamental para comprender en donde nos encontramos. Ya en una entrega anterior habíamos comentado que, por razones de calendario, los bomberos no habían podido participar de nuestra presentación, pero también comentamos que conocíamos su voluntad e interés en el proyecto. Esta semana por fin nos pudimos reunir.
Todo se gestó mediante la coordinación con el Capitán de la Novena Compañía de Bomberos de Laguna Blanca: Don Fernando Colivoro, quien además es el Encargado de Proyectos de la Municipalidad (realiza esta doble labor, situación no poco común entre los habitantes de Villa Tehuelches, debido a la necesidad y contingente disponible); en fin, Don Fernando es la primera autoridad de los Bomberos de la Comuna y otro nuevo aliado que nos abrió las puertas del cuartel.
Siete voluntarios orgullosos nos recibieron, cuatro de ellos ya conocían el proyecto pues también son parte activa de otras instituciones. Estaban presentes Don Fernando; Don Luis (a quien presentamos en la bitácora anterior); Don René Villegas, secretario Municipal; Don Carlos Fajardo, Concejal y presidente de la Cooperativa Cacique Mulato; Don Pedro, esposo de la Sra. Doris (que ya contamos, diariamente nos regalonea con el pan amasado); y, Don Sergio y Don José, ambos choferes de la Posta Rural.
El proyecto y la invitación a crear(lo) en conjunto fue recibido de gran manera por todos, incluso surgió la idea de realizar jornadas de trabajo en las mismas reuniones que ellos semanalmente sostienen, es decir, nos regalarán parte de sus asambleas para el desarrollo de AIKEN.
Termina la primera fase; ya nos conocemos, ya saben qué proponemos, ya nos han hecho ver sus propuestas, ya entendemos nuestro proyecto común.
AIKEN comienza a ver la luz.