Esta vez los niños fueron los protagonistas.
Dentro del plan anual de actividades que se desarrollan en la Escuela Diego Portales, se encuentran las salidas pedagógicas. Hace casi un mes atrás, cuando le comentamos del proyecto a la directora de la escuela, habíamos proyectado sumarnos a una de estas salidas para el registro fotográfico de los alumnos. Fue así como fuimos parte de un paseo que comprendió la Cueva La Leona y la Estancia Laguna Blanca, ambos sitios patrimoniales que definen la comuna.
La Cueva La Leona, lleva su nombre por la forma que tienen las estructuras rocosas que la conforman, es el sitio que nos otorga un registro físico y concreto de los Aonikenk, en ellas se pueden ver algunas de las pocas pinturas rupestres que se conservan de ellos.
A pesar de estar catalogado como Monumento Histórico Natural, no existe la conservación ni los cuidados pertinentes. Está en la mitad de una estancia y a pesar de ser un terreno privado, el cerco posee una entrada al visitante, entrada que tuvo que ser mediada y negociada para ponerla a disposición de la masa turística que transita entre Punta Arenas y Puerto Natales. La Municipalidad ha proyectado diferentes estrategias de conservación, pero los altos costos han impedido su desarrollo.
Cada día las pinturas pierden fuerza, ya sea fruto de la intervención del hombre, como la de los animales, se han ido borrando y deteriorando. Frente a esto, algunas medidas fueron reforzar los cercos que la protegen para impedir el paso de los animales y eliminar la señalética que indica el camino a la cueva, de manera tal que, mientras no exista un resguardo, cada día sean menos los que se acerquen a ella, lo que lamentablemente genera la paradoja de la necesidad de establecerla como un atractivo turístico y a la vez tener que “esconderla” para que se sostenga en el tiempo y no desaparezca.
La Estancia Laguna Blanca. En la primera mitad del siglo XX, gracias a la llegada de los pioneros europeos a la región nacen las grandes empresas ganaderas. En este sector se encontraba la Sociedad Ganadera Laguna Blanca, que por su extensión se dividía en secciones. Lo que hoy es la Estancia Laguna Blanca era la Sección Bellavista.
Esta estancia posee construcciones y artefactos de más de 100 años. A pesar de estar muy mal conservados, a través de este patrimonio material, podemos ver y ser testigos de la fuerza de una industria que ha definido la identidad de su gente, de sus construcciones, y de sus tradiciones.
Fue un paseo revelador.
Días después, junto a los niños de primero y segundo básico, desarrollamos una actividad de creación que nos sirvió para pensar en la palabra Aiken y su significado. Habíamos visitado la cueva donde habitaron los Aonikenk y luego de hablar de este pueblo originario, su forma de vivir, de reunirse; los invitamos a plasmar, de manera pictórica a través de dibujos, la cueva, las pinturas y Villa Tehuelches. Con los alumnos de séptimo y octavo, pensamos en las pinturas rupestres, en la huella que podemos dejar, y los invitamos a dejar esa huella diseñando la palabra “Aiken”.
Es fundamental esta actividad para Aiken.
Es en estos niños y niñas en donde ponemos el énfasis para proyectar la identidad de Villa Tehuelches, ellos son aquel “hacia dónde vamos” que tanto nos (pre)ocupa.
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