Todo partió el día sábado, cuando nuestro vecino Juan Salgado nos invitó a buscar pulgas de mar para usar como carnada en sus espineles. Esperamos que parara de llover y salimos a buscarlas, Juan dice que las pulgas siempre están bajo los cochayuyos varados en la playa, avistamos una mata de cochayuyo, la corrimos, comenzamos a escarbar y encontramos cientos de pulgas las cuales se enterraban tratando de arrancar de nosotros. Echamos un buen piño de pulgas a la botella y volvimos al otro día a pescar róbalos, Juan ocupa una técnica especial para pescar en la orilla de la playa, la cual consiste en utilizar un gran nylon y cada un metro pone un anzuelo cargado de pulgas de mar. Nosotros esta vez fuimos a grabar, él lanzaba y nosotros registrábamos, picaba poco por lo que se iba cambiando de sector, hasta que nos topamos con otro pescador el cual tenía hartos róbalos ya pescados, fue en ese momento cuando nos pusimos a grabar los últimos momentos de este pescadito.