BitácoraResidencias de arte colaborativo

Residencia: Museo a Cielo Abierto Ercilla Ercilla, La Araucanía - 2019 Residente: Juan Francisco González Garrido
Publicado: 10 de febrero de 2020
Palín en Tricauco

Llegué el 14 de febrero a Ercilla a las 6 de la mañana, luego de un viaje nocturno desde Santiago, viniendo anteriormente de Lima. Esta comuna me hizo recordar a pueblos o pequeñas ciudades donde ya estuve o viví en Perú. Para alguien que es de afuera, lo que más se conoce es la lucha mapuche y los últimos atentados contra los derechos humanos que han sido noticia, siendo el asesinato a Camilo Catrillanca el acontecimiento con mayor repercusión internacional.

Ya viviendo acá por un par de semana se siente el prejuicio y miedo de los propios chilenos sobre Ercilla. Es una comuna compleja, sí, pero llena de gente amable y de sabiduría ancestral que puede ser desconfiada en un inicio por temas de contexto político, social y de territorio en el cual se vive, lo cual es entendible.

Tuve la suerte de llegar luego de que los compañeros del Museo a Cielo Abierto ya estuvieran trabajando más de mes y medio junto a la gente de Ercilla y comunidades, por lo que ya habían entablado una relación con la comuna y varias familias alrededor, además de realizar actividades como la mateada. Un día después de llegar, tuve la fortuna de poder asistir a un juego de Palín en Tricauco. Y es una fortuna porque se realiza pocas veces al año y no es fácil poder asistir sin antes la aprobación de la comunidad y del Lonko, líder o cabeza de la comunidad.

De esta manera, gracias a la relación que mis compañeros tuvieron con Leftraro Marileo Colimil y su familia, nos permitió poder asistir al juego de Palín, una suerte de “hockey” con palos de madera, mejor conocidos como chueca. Este juego sirve para que dos comunidades se junten, compartan, la comunidad que recibe agasaja a la visitante y, de esta manera, se crean relaciones más fuertes entre ambas.

Esta actividad fue el comienzo de las actividades en Ercilla para mí, las cuales iré relatando posteriormente. Chaltumay.

Diego Sarmiento

« Ir a residencia