Para mi y mi equipo de trabajo este proceso de fue muy intenso y vertiginoso, por un lado tuvimos que aprender a adaptarnos a ritmos de trabajo muy distintos a los que estábamos acostumbrados, y por otro lado (y a diferencia de otras experiencias de trabajo) a escuchar y esperar antes de decir y hacer.
Combarbalá es un territorio muy particular con gente muy hospitalaria, que ama y a la vez que cela su cultura, por lo que tuvimos que ser especialmente cuidadosos y estratégicos para no pasarles a llevar.
Por otro lado tuvimos una lucha constante con la mirada asistencialista respecto las “actividades culturales” a las que estaban acostumbrad@s, en un comienzo esperaban que nosotros “hiciéramos” el proyecto y que los invitaríamos a ver los resultados, esta figura de “hacer juntos” al comienzo los descolocaba. Finalmente terminó despertando en ell@s la memoria de algo que estaban acostumbrados a hacer orgánicamente, pero que en el último tiempo estaban dejando de lado: el hacer colaborativo, desinteresado, no competitivo y horizontal.
Yo personalmente tuve mi propio viaje de “Lá” (este personaje mitológico que tiene que dejar los suyos para el bienestar de su comunidad), ya que por primera vez me vi lejos de mi familia y mis hijos para llevar a cabo este hermoso proyecto, y si bien fue duro en lo personal, también fue inmensamente provechoso, ganando la amistad y cariño de much@s colaboradores que terminaron siendo amig@s fraternales.
Finalmente y mas allá de la residencia y el trabajo realizado, nos vamos con el corazón lleno por todo lo que nos entregó esta tierra y su gente, como dice su vals: “No he de olvidarte nunca en la vida”.
Creo que difícilmente olvidaremos este intenso – hermoso territorio, que así como en su clima no existen estaciones intermedias, en sus emociones son todo o nada, y creo que nos llevamos todo, todo el afecto, toda la amistad, todas las enseñanzas, todo el crecimiento y muchas puertas abiertas para cuando queramos volver a esta “Tierra de encantos jamás olvidados”.
Gracias Comba y seguramente nos veremos más temprano que tarde “bajo tu luna y su reflejo leve…”