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Residencia: LÁ COMBA Combarbarlá - Centro Cultural Nemesio Antúnez, Coquimbo - 2018 Residente: César Paredes Labraña
Publicado: 15 de octubre de 2018
Una mala noche

Toda la experiencia en la localidad hasta ahora había sido muy dulce y amena, algo que obviamente no podía ser así eternamente, y esta noche nos tocó ver el otro lado de la moneda…

Luego de planificar la actividad para el día siguiente, nos acostamos a dormir sin saber lo que nos esperaba. A eso de las 4 de la madrugada sentimos que golpean de forma reiterada y muy dura la puerta de la casa, me asomo un poco dormido a la ventana y me doy cuenta que se trata de Carabineros de Chile con patrulla, baliza y una persona esposada.

Mi estado de somnolencia cambió drásticamente para salir rápidamente a abrir la puerta y ver qué pasaba, a lo que Carabineros me pregunta si el furgón verde es mío (nuestra “combi”) y nos cuenta que lo habían abierto para robar las cosas del interior. Para nuestra fortuna (no así la del chico que nos abrió el vehículo) ellos se encontraban haciendo ronda y se dieron cuenta que el sujeto avanzaba de forma sospechosa con muchas cosas en sus manos, por lo que procedieron a controlarlo y luego se dieron cuenta que nuestra “combi” había sido forzada.

Así que tuve que acompañarlos en la radio patrulla para que me pudieran devolver nuestras cosas de acuerdo al procedimiento. Estuve hasta cerca de las 6 de la mañana haciendo los trámites en la comisaría para luego volver a tratar de dormir, pero volverían los carabineros a pedirme que abriera el furgón para “periciarlo”. Estuvimos hasta las 8 de la mañana en eso (acá en Combarbalá los robos no son para nada frecuentes así que carabineros destinó mucho tiempo y dedicación a este caso), pero para nuestra suerte nada grave pasó.

Carabineros nos decía que conocían al sujeto que abrió nuestro automóvil, que ha vivido en el pueblo desde siempre pero que hace un tiempo cayó en la adicción a la pasta base, lo que lo ha llevado a cometer este tipo de delitos. A las horas el sujeto fue dejado en libertad y se nos acercó a pedirnos disculpas, algo que nos llamó profundamente la atención y nos hace pensar que se encuentra en un problema que lo supera y que en el fondo no se trata de una mala persona.

Como dice un refrán campesino “ningún pasto es verde” y hoy nos tocó (por mala suerte) vivir la “delincuencia” y la problemática social en la localidad, la que si bien no fue nada grave, nos permite ver que en pequeña escala existen estos problemas incipientes en la localidad, son problemas con los cuales también se pueden generar diálogos, aprendizajes y sobretodo comprender este territorio en profundidad.

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