Lo primero que sabía de Ercilla, cuando fuimos designados de trabajan en una residencia de arte colaborativo en este territorio, es que muchos la llamaban la “zona roja”. Ahora, creo firmemente en que se trata de un título injusto para la gente que vive aquí, y creo condenable que este sea un estigma que debe cargar su población. Poco se habla de la riqueza cultural que existe en esta zona: un lugar en donde predomina el mapudungun, que conserva sus tradiciones ancestrales y que conduce su vida según una compleja e intensa cosmovisión.
La “zona roja” parece ser un imaginario creado por los medios de comunicación, generando un fenómeno no menos, que es el origen del miedo incluso entre la misma población local. Muy alejado a lo que sucede cotidianamente en la comuna, pues, sus personas, comerciantes, dueñas de casa, transeúntes casuales, parecen trasladarse con total naturalidad en este pueblo.
Esta imagen estigmatizada ha provocado una fractura inmensa entre las personas que habitan este territorio, generando desconfianzas difíciles de superar y que han servido de justificación para imponer un sistema represivo, de lo que es claro ejemplo la irrupción del llamado “Comando Jungla” en el territorio.
El Museo a Cielo Abierto Ercilla espera aportar en la valorización de la cultura mapuche, aportando a visibilizar sus riquezas, e invitando a que las comunidades y habitantes urbanos puedan volver a habitar este espacio con convicción de sus raíces compartidas, y en pie de lucha por no repetir los mismos estigmas que otros, desde fuera y sin conocer, han querido imponer.
Juan Francisco González