Ayer nos reunimos con una parte de la agrupación cultural que se está formando. El encuentro fue mucho más distendido que las reuniones previas (en el reconocimiento de terreno y la semana previa). Sentados alrededor de un disco, comimos y conversamos sobre distintos temas, conociéndonos más y debatiendo ideas en torno a la historia, la política y el arte.
Muchas capas se develaron, compartiendo los lugares de enunciación de cada cual y las intenciones que tienen con su agrupación. Sin entrar en detalles, ya que lo que se habló se habló en ese lugar y para mantener la confianza debe quedar allí, podemos decir que hubo varias coincidencias en los modos de abordar la vida.
Lo más relevante del encuentro fue el afianzar los lazos con el grupo y, desde allí, se posibilitó el comenzar a desarrollar una propuesta de creación conjunta. Dado que la Aldea Intercultural esta inhabitable, la necesidad de un espacio común de trabajo se hace imperativa. Pero no solo buscan un espacio, sino generar un proceso de reflexión desde donde emerjan las características de tal lugar, en función de la historia y particularidades de Kurarrewe. Este proceso puede ser acompañado por diversas prácticas artísticas que catalicen tal viaje de autorreconocimiento. Vemos acá una posibilidad de colaborar y generar algo que se mantenga en el tiempo.
La lluvia constante acompaña estos días.