Un poco adoloridos quedamos luego de ser parte de los trabajos voluntarios para la mejora estructural de Casa Piedra en Mehuín Alto, donde acarreamos a pala y saco cerca de 3 cubos de ripio húmedo. En este lugar, Rosa y un grupo de mujeres indígenas, se reúnen semanalmente a elaborar tejidos y a organizarse para difundir las prácticas tradicionales en torno al telar mapuche.
Dentro de esta actividad, pudimos compartir un rico Pulmay además de conocer a un grupo de estudiantes de la Universidad Austral que desde hace algunos años vienen apoyando al espacio, y también al peñi Javier quien nos contó sobre la historia territorial y la cosmovisión lafkenche que albergan estas costas.
La lluvia aun no da tregua, de vez en cuando aparece el sol, aprovechamos el día para colgar ropa y recorrer junto al “Celino”, nuestro nuevo amigo perruno quien nos acompaña por nuestras andanzas por Mehuín.