El 21 de noviembre recibimos la visita de María José Muñoz. Nos encontramos con ella en la plaza de Curarrehue y volvimos a la casa para conversar sobre el proceso que hemos llevado adelante acá. El dialogo fue distendido, repasando todo lo que hemos vivido hasta este momento, tanto lo bueno como lo malo.
El trayecto que se siguió en la conversación nos permitió generar una panorámica del proceso de la residencia, revisando todas las complejidades que han habido y los cambios que se han dado desde lo planteado en un inicio hasta lo que hemos llegado, atravesados tanto por la realidad del lugar y de las personas, como por distintas contingencias.
Luego de la conversación, el mate y el café, fuimos a la cocinería de la señora Juana para almorzar. Papas con piñones salteados en verduras y papas con carne eran los platos. Pedimos de ambos y mientras esperábamos llegaron unas sopaipillas con pebre. El dialogo continuo mientras comíamos, hablando de las residencias y las experiencias en otras localidades.
Volvimos a la casa y seguimos charlando, pero de los aspectos más estructurales que se desprenden de estos procesos. La conversación la guio María José, y atravesamos tópicos como la autoría, el financiamiento, los modos de producción, los procesos de trabajo y las formas en que estos procesos son nombrados. La reflexión fue muy productiva y permitió que emergiera una posición como colectivo frente a cada uno de estos asuntos, mostrando una sincronía fruto del trabajo y las experiencias compartidas a lo largo de los años.