VIAJE
Miércoles, Danilo Petrovich que venía desde Valparaíso pasó por mí (Carlo Mora) a la altura de Rengo en la región de O’Higgins. En el viaje de 2 hrs. entre Rengo y Huerta e Mataquito nos fuimos oteando el valle, pensando y especulando en las potencialidades de la localidad. También hablamos de otras cosas.
VINO
Dado el trabajo que veníamos realizando desde hace un par de años en Cauquenes, el que torpemente podría resumirse en conversar, grabar y probar vinos de todo tipo -incluso, uno de color verde en casa de la señora Humilde en Pilén- teníamos la esperanza de encontrarnos con alguna familia campesina que realizara vinos de manera artesanal (a la antigua), pero al llegar y a primera vista, no nos percatamos de nada parecido. Pasamos lentamente por Huerta de Mataquito sin adentrarnos, porque estábamos un poco atrasados, así que aún creemos tener posibilidades de encontrarnos con las bondades del vino campesino.
REUNIONES
Habíamos pactado una reunión a las 14 hrs. en Hualañé a fin de conocernos con Alejandra enviada de Red Cultura del CNCA Maule, con Gabriel y Gonzalo de Servicio País y algunas autoridades locales. Llegamos cerca de las 14:30. En la entrada del restaurante nos esperaba Gabriel de Servicio País con quien había conversado telefónicamente en varias oportunidades.
La conversación se dio mientras comimos cazuela de vacuno y de fondo se escuchaba el noticiero de TVN. Les hablamos de nuestras experiencias previas, de las actividades que realizaríamos, ellos nos hablaron del espíritu comunitario de Huerta, de lo bien organizados que estaban, de las ganas de participar y de la curiosidad que tenían por conocernos. Amablemente se comprometieron a facilitarnos todo lo que estuviera a su alcance. Nos despedimos y regresamos a Huerta de Mataquito.
ENCUENTRO
Quedamos de juntarnos en la Escuela de Huerta a las 16 hrs. Llegamos con Gabriel y Gonzalo –de Servicio País-, Alejandra del CNCA Maule. Cada uno de los que asistió se presentó señalando nombre y actividad, luego les explicamos los objetivos de nuestro proyecto y las actividades que teníamos contempladas (Cine Foro, Cabildos Alimenticios, Taller de Artes Visuales, Censo de parras, registros audiovisuales, y más). La conversación se dio con fluidez, tanto así que al avanzar aparecieron asuntos incómodos para la comunidad, a los que obviamente pusimos oreja. Uno de ellos, que a nosotros ya nos habían contado, fue que hace algunos años ocurrió un accidente en el río Mataquito. Dos niños que estaban veraneando junto a su familia murieron ahogados en el río. Su padre, que quedó muy consternado por el hecho, quiso quedarse a vivir en el pueblo de Huerta. Al parecer, el hecho tuvo bastantes repercusiones a nivel mediático local e impactó fuertemente a la comunidad. Según lo que nos contaron, la gente realizó varias campañas para recolectar fondos, incluso la municipalidad estuvo involucrada y lograron reunir una suma importante de dinero para que el padre de los chicos se quedara a vivir en el pueblo. El asunto es que el hombre se instaló en la antigua estación de tren de Huerta (uno de los ramales hacia la costa) que al parecer estaba deshabitada. Debemos destacar que este lugar tiene una importancia simbólica y también creemos práctica para los habitantes de Huerta, ya que se constituye como un ícono del apogeo que vivió este pueblo/estación cuando el tren estuvo activo. El asunto es que este caballero comenzó a vivir en el lugar, aparentemente solo y trastornado, y poco a poco, se puso a juntar chatarra, fierros, máquinas en desuso, en fin. Los mismos vecinos nos comentaron de su “enfermedad” y se refirieron a él como “Diógenes”. Alguna vez leyendo un libro llamado “Cinismos: Retrato sobre los filósofos llamados perros” del filosofo francés Michel Onfray, apareció ante nosotros la figura de Diógenes de Sinope, también conocido como “Diógenes el perro”. Este fue un filósofo cínico que cuestionó en los albores de la civilización griega los preceptos de la modernidad, viviendo como un vagabundo, dentro de un barril, haciendo performances en la calle, cuestionando la vida de ciudad, el teatro (que también estaba en sus inicios), la riqueza y la acumulación. En fin, hago este paréntesis, porque siempre me ha parecido raro el nombre “mal de Diógenes” dado a las personas que se dedican a acumular objetos, tomando en cuenta que Diógenes de Sinope (no confundir con Diógenes Laercio) se dedicó en su vida a promover el desapego, el desarraigo: la negación de la acumulación. Sin embargo, y pensándolo ahora, quizás estaría bien aplicado este concepto si se tomara literalmente por como suena: “mal de Diógenes”, una enfermedad o condición que aqueja a alguien como Diógenes y que no le permite no acumular, digamos un mal “civilizatorio”. Bueno, esa es una divagación al margen. El asunto concreto en Huerta, es que este hombre sigue viviendo y acumulando cosas en la estación de tren desde hace años, y ni la gente ni la municipalidad saben cómo sacarlo. Nosotros en algún momento, cuando hicimos la investigación previa sobre el pueblo, pensamos que la estación podría ser un buen lugar para tener como centro de operación y quizás para pensar en comenzar a construir una suerte de centro cultural allí o museo. En la reunión, de hecho comentamos esto, y surgió el tema del “Diogenes huertino”. La verdad que es un tema interesante el conflicto que provoca la existencia de este hombre allí…veremos como se desarrolla el asunto.
Esta reunión sirvió de referencia para entender ciertas dinámicas de la comunidad, lo que nos permite consideraciones a la hora de planificar el desarrollo del proyecto. En relación a eso comenzamos con un ejercicio estadístico simple, de las 15 personas que asistieron solo 3 eran hombres, de éstos, 2 eran adultos mayores; de las 11 mujeres que asistieron 4 eran adultas mayores. Había una representante de la escuela, representantes del club de adultos mayores, representantes de la Mesa de la Mujer, representantes de Centro de padres y de la junta de vecinos. Al percatarnos y preguntarles por esa evidente ausencia de adultos jóvenes masculinos nos respondieron que a esa hora trabajaban y que después de las 17 hrs, tenían tiempo como para asistir a cualquier actividad, por lo tanto tendremos de referencia ese horario para planificar actividades masivas.
Uno de los acuerdos fue reunirnos nuevamente en la sede de la Junta de Vecinos a las 18:30 hrs de mañana Jueves (día del partido fútbol entre Ecuador y Chile).