El encuentro de residencias realizado en Neltume, proporcionó un espacio de meditación en base a la memoria de una forma colectiva, poniendo en sintonía, a través de distintas dinámicas, las más variadas reflexiones y experiencias.
La particularidad de cada una de las residencias se expresó en un despliegue de risas, vivencias y relatos que trascendieron de la realidad local para conjugarse en discursos que memoraron los distintos procesos sociales, políticos y económicos del territorio.
¿Lo común? una memoria arrebatada, recuerdos desarraigados y territorios en permanente transformación. Éstos, constantemente amenazados, mutan desde grandes estaciones ferroviarias a bodegas vacías; desde prósperos paisajes andinos, al refugio de sueños socialistas arrebatados con la misma fuerza de los ríos que lo habitan, así como de una memoria indígena que desde cordillera a mar reconoce su existencia, brotando desde el dolor para defender su legado ancestral y la naturaleza que todo les da.
La fragmentación en que habita la memoria del territorio, parece como un reflejo de la fragmentación de la vida, de las relaciones, de los espacios. Sin embargo, esta semana en Neltume el puzle de eventos que han forjado la vida de gran parte de esta región, se vio a la cara, se reconoció e impregnó uno del otro y tejió redes que esperamos perduren.
Agradecemos la recepción del colectivo anfitrión “Catrileo + Carrión” y a las amables personas que dan vida al Museo de la Memoria de Neltume, espacio de resistencia y creación.