El viernes llegamos temprano desde Chiloé. Estuvimos junto a Guay, realizando una investigación en terreno sobre los Velorios de Angelito. Nos fue muy bien, pudimos grabar 5 fiscales que saben qué rezos se ejecutaban cuando moría un angelito. Todo quedo registrado audiovisualmente. El bus llego cerca de las 9 de la mañana al cruce de Curicó, alrededor de 12 horas de viaje. Cada vez mas odio los buses, sobre todo su atmósfera “gaseosa”. Allí nos estaba esperando Pastor con el auto. El cruce queda al frente de Cecinas Soler, así es que tuvimos la difícil tarea de desayunar un lomo italiano que estaba muy bueno. Nos fuimos a la casa. Desde Curicó hasta la Huerta son alrededor de 50 minutos. Esa tarde Carlo salió a realizar tareas por el pueblo. Nosotros descansamos un poco del viaje. Para luego comenzar a pintar los afiches y lienzos que pondremos para el cordero. A las 19:30 dimos las película “Luces de la Ciudad” del año 1931, dirigida y protagonizada por Charles Chaplin. A la proyección llegaron como 15 personas, incluido 1 niño, los demás eran casi todos adultos mayores. La proyección tuvo algunos inconvenientes técnicos, ya que el sonido en algunas partes sonaba entrecortado o simplemente no sonaba…fue solo a la mitad de la película que nos dimos cuenta que era la señal de bluetooth que no funcionó bien, pero más allá de eso igual la película se entendió y generó risas constantes entre los asistentes, incluso algunos ataques de risa, de parte de Juan Carlos, quien es un asiduo visitante al cine. Al final de la función, explicamos un poco quién fue Charles Chaplin, hablamos del cine silente o mudo, de porque Chaplin quiso, a pesar de haber llegado el sonido al cine, seguir haciendo películas silentes con el objetivo de realizar un “cine universal”, de Cantinflas quien fue muy influido por él, etc. Fueron como 20 minutos de conversación, pero nos dimos cuenta que la gente estaba bastante cansada así que no alargamos mucho el asunto. Me quedo con la imagen del único niño que participó de la función quien se rio y disfruto de toda la película. Le preguntamos, y el nunca había visto una película en blanco y negro y menos conocía a Chaplin.
Por Danilo Petrovich.