En Mississippi las nubes cubrían el sol, la mar estaba picada, pero eso no fue excusa para detener las empanadas de loco y los motes con huesillo.
La primera vez que conocimos a la asociación weichafe nos comprometimos a vender números de la rifa, la que se realiza anualmente para autogestionar fondos destinados a mejoras de Casa Piedra.
Hoy se concretó la rifa, al mirar hacia atrás resulta confortante ver cómo se van entretejiendo y fortaleciendo las relaciones entre las integrantes del grupo y nosotros. Desde el “conozcámonos y veamos” hasta estar cantando los números de la rifa.
Quizás no ganamos una canasta familiar, pero durante el período de residencia nos hemos ganado algo más valioso, la confianza y el cariño, además, como van mostrando los frutos de su organización. Mientras tanto, seguimos trabajando junto a ellas actividades en torno al fortalecimiento de la memoria.