Viernes. A las 10 am tuve una entrevista con todo el equipo que trabaja en PRODESAL (Programa de Desarrollo Local) en Hualañé el objetivo de la reunión fue conocernos, contarles de nuestra experiencia documentando la vida campesina en Cauquenes y explicarles el proyecto que estamos desarrollando en La Huerta, el que también implica vincular la máxima extensión del territorio. Se mostraron muy atentos a la conversación de la que aparecieron muchas ideas, datos y nombres a relevar. Quedamos en que el próximo miércoles me entregarían una lista con las familias campesinas que ellos consideran interesantes y con las cuales podríamos comenzar un trabajo de documentación, también quedamos en salir a terreno juntos para tener un primer acercamiento y darnos a conocer.
Del medio día en adelante me dediqué a producir la primera función del Cine Foro, Gabriel Peñaloza de Servicio País me ayudo a escribir con tiza los carteles para promocionar la actividad, luego los ubicamos en lugares que consideramos estratégicos, afuera del local del Club de Ancianos, otro en la Junta de Vecinos, otro en la pequeña plaza pública de La Huerta y otro en la reja afuera del teatro parroquial.
A las 17:15 hrs. quedamos de juntarnos con Matilde –secretaria de la parroquia- a fuera del teatro a fin de abrir las puertas para instalar las cosas y eso es lo que hice. A las 18:00 ya tenía todo instalado: el Telón de 2,40 mt. por 1,80 mt., el parlante, el micrófono inalámbrico y el computador con la película, en nuestra primera función proyectaríamos “Allá en el rancho grande”, película mexicana de 1949. La escogimos por el ya conocido vínculo entre el mundo rural chileno del valle central y la época de oro del cine y la música ranchera mexicana, vínculo que pudimos comprobar en terreno toda vez que preguntamos a la comunidad por el tipo de películas que les gustaría ver, de todos modos no será el único país representado, la próxima película es chilena.
Decidí ser muy puntual y comenzar la función a las 19:30 hrs. habiendo público o no, de hecho, cuando comenzamos solo estaba Matilde y yo, a los minutos de sumaron un par de mujeres con sus hijos y luego el resto de las personas, en algún momento hubo 18 personas viendo la película, cantidad que disminuyó a 12 ya que algunos niños prefirieron salir a jugar en el jardín de la parroquia, finalmente 8 personas vieron la película completa. Al final, encendí la luz y antes de que los asistentes se marcharan presenté la actividad, les hablé de nuestro proyecto y los invité a participar de todas las actividades. Les conté que esta actividad contemplaba una breve conversación al final de la película, la idea es comentar, discutir o simplemente expresar alguna idea que nos haya parecido atractiva o recordar alguna imagen que nos impactara, aprovechando el que me escuchaban con atención les pregunté por su experiencia como espectadores de cine, y si les parecía atractiva la idea de ver películas en este lugar y bajo estas circunstancias a lo que respondieron positivamente y con entusiasmo, otros con nostalgia recordaron aquella época del cine en Hualañe y de la proyección de películas en el mismo teatro parroquial en la década de los setenta, historias de las que ya nos habíamos enterado. Nos despedimos. Matilde me ayudo a guardar los implementos en una sala cerrada bajo llave y del mismo lugar. Por la noche pensé en como instalar un pendón y un par de focos que iluminen el exterior de la sala y visibilicen aún más la actividad, llegando a casa revisé los videos, luego a dormir.