Luego de la primera concentración por Camilo Catrillanca, las y los representantes de las comunidades hermanas, se organizaron para una segunda instancia donde el objetivo fue recolectar recursos para apoyar el proceso judicial del comunero asesinado en la región de la Araucanía.
Nos invitan nuevamente a apoyar la concentración con presencia y material gráfico. Hasta ahora hemos sido canalizadores, a la hora de entregar un medio para realizar intervenciones colectivas, a través de prácticas técnicas, ligadas a la acción y edición, respondiendo a la necesidad y ganas que tienen de comunicarse entre ellos/as visibilizando sucesos de la contingencia nacional.
Recopilamos información, la que es repartida de forma gratuita entre los asistentes, “es importante poder informar a la comunidad”, nos dicen, “aquí la mayoría de las personas no pueden meterse a internet, hay que mostrarle la información que no sale en la tele”. Mientras con ello, se levanta un lienzo con la mirada de Camilo, el hermano, el mapuche que habita también en su mirada.
Su dolor habita el espacio, lo vemos en sus rostros preocupados, impotentes de no poder ayudar, de estar tan lejos, de estar tranquilos mientras sus hermanos no lo están. Somos testigos de cómo la memoria vive y se convoca. Se hace camino desde el dolor, reconociendo un pasado común que en libertad y respeto busca reconectarse.
Con el asesinato de Camilo se levantaron muchas cortinas empecinadas en ocultar los hechos, pero con ellas no se pudo tapar el dolor de un pueblo que se ve reflejado en el sufrimiento de un hermano y se rearma para exigir respeto.