Jueves. A eso de las 7 am, Ivonne y Gastón fueron en busca de la chacra de don Lito, fueron por unos potreros siguiendo los caminos que también son huellas, pero no le hallaron.
Otro día de pintura, esta vez fue en doble tanda. La primera y como de costumbre de 11 am. a 14 hrs, luego por la tarde y, al ver que faltaba tan poco llevamos las pinturas al teatro parroquial, cuando en eso nos encontramos con un grupo de chiquillas jóvenes a las que invitamos a pintar. Les pasamos todos los materiales, les comunicamos la idea general e hice especial incapié en la total libertad que tenían para pintar lo que quisieran. Les llevamos algo para beber, para comer y las dejamos solas, que creo es la mejor forma de educar. Y qué sucedió, que luego de un par de horas el cuadro estaba listo para la capa de barniz, aquella que lo protejerá de las inclemencias externas. Por fín, parte de la tarea está hecha.
Hay un incendio en Vichuquén y el cielo se nubló por el humo. Hay bosques que sufren las consecuencias del cambio climático y de a poco parece que nos estamos acostumbrando al humo. Por mientras, la exposición de libros y documentales agrícolas causaba furor en nuestros dos únicos participantes, creemos que algo tuvo que ver el color del cielo.
Y junto al fuego llegó nuestro invitado internacional, el biodinamista francés Cristoff Beau. Cristoff es otro convidado a participar de nuestro experimento audiovisual de carácter fenomenológico en donde tratamos de representar por medios impertinentes aquello que los japoneses llaman Gingko, como ya contamos en un post anterior, es el paseo por el jardín como acto previo y fundamental para escribir poesía Haiku. Este experimento es para mañana viernes en el patio trasero de La Huerta.
Por la tarde noche salimos Gastón y yo –Carlo Mora- en dirección a Talca para comprar todos los implementos necesarios para iluminar, pintar y dejar lista la sala de exposición en que transformaremos el teatro parroquial. La idea es potenciar este hermoso espacio con otra posibilidad lumínica, ya que los tubos fluorescentes que hoy la iluminan no son propicios para otro tipo de actividades culturales como conciertos de música, representaciones teatrales o exposiciones de artes visuales, como será en este caso. Llegamos a La Huerta ya de noche y nos pusimos manos a la obra con todo, dejamos bien avanzada la instalación eléctrica pero aún nos falta mucho. A descansar.
Por Carlo Mora e Ivonne Acosta.