Conocimos una parte de Kurarewe crítica de su historia, sobre todo mujeres que han sido capaces de organizarse para defender la cultura mapuche y resistir culturalmente a la iglesia católica, el estado chileno y las nuevas instituciones evangélicas que están moldeado al pueblo. Personas nacidas y criadas en este lugar, o gente que llegó y se quedó para siempre, todas personas que aman este paisaje nativo en latente peligro de ser modificado por la instalación de hidroeléctricas, la actual contaminación al río Trancura, o la que provocan los diversos proyectos locales de piscicultura. El impacto social de las empresas que se instalan rompiendo las antiguas dinámicas colaborativas reemplazadas por la competitividad del desarrollo económico capitalista. En este lugar hay un grupo de Weches (jóvenes) que están trabajando desde sus expresiones culturales para aportar al pueblo, defender sus bosques, de recuperar espacios culturales como el anfiteatro o la aldea Trawünpeyum, que están abandonados por la Municipalidad, o de hacer acciones simbólicas que denuncien los abusos de la cultura patriarcal, el desarrollo ciego que destruye este paraíso natural u otras que nos hagan generar conciencia, nos ayuden a reunirnos, conocernos y colaborarnos desde una mirada crítica.