Jueves. De la construcción de las palomas para publicitar nuestras actividades sobraron restos de listones de pino, con ellos construí un atril desarmable para desplazarme con facilidad por La Huerta. Había intentado construirlo unos días antes pero no logré pensar bien, ahora prácticamente se armó solo. Desde hace tiempo que tengo ganas de pintar a plein air –modismo francés que graciosa y ciúticamente se utiliza para decir al aire libre -, ganas que tengo desde la primera vez que vi el trabajo de Antonio López García. El año 2005 anduve pegado con la idea de pintar retratos en vivo, los hacía sobre soportes de tela imprimada de 1 metro por un metro y me ponía como tiempo límite realizar la pintura durante una sesión de 60 minutos cronometrados. La referencia directa eran amigos y compañeros del taller a quienes invitaba a tomar asiento, algo para beber y conversación. Ese ejercicio fue la mejor escuela, pinté muchos retratos y autoretratos, algunos interesantes otros no tanto. Me obligaba a pensar rápido a resolver en pocos segundos, a tomar decisiones y principalmente a errar. Una sola vez llevé a la universidad aquellos ejercicios que realizaba en el taller, más bien eran un asunto personal. Ahora tengo la posibilidad de retomar esa práctica lo que me parece aún más interesante por el contexto en que se da, el hecho de pintar al aire libre por las calles de una localidad pequeña donde la gente se da el tiempo para conversar, le da un giro algo performático a la situación. Quizás nunca han visto un pintor por sus calles, quizás hay algún pintor o pintora de incógnito, quizás nunca han visto una pintura, y solo reproducciones impresas, quizás no les llame la atención, quizás no me encuentre con nadie. La idea, mas allá de pintar, es generar una situación de referencia que dé a conocer nuestra exposición “La Huerta Imaginada”, para ello trabajo en un taller de pintura con los niños de La Huerta y pronto comenzaré una recopilación de dibujos de plantas medicinales hechos por adultos mayores. Con este atlas pretendemos generar una imagen del territorio tanto desde los mismos habitantes como desde voces extranjeras –dibujos, fotogramas, fotografías, videos- ya que hemos decidido invitar a artistas visuales de Santiago y Talca para que aporten con una visión foránea, lo que se sumará a nuestra mirada, que de manera engañosa pareciera estar más cerca que lejos.
Carlo Mora.