Todo en Crucero es chiquito, a pequeña escala.
Marlis, la Presidenta de la Junta de Vecinos nos dijo “vengan a la reunión de esta semana, va a llegar todo el pueblo” y asistieron 6 personas. Ahí nos recomendaron ir el sábado a la feria que una agrupación de mujeres organiza en las mañanas. Vamos imaginando una gran feria de productos de campo y resulta ser un puesto y cuatro visitantes. Recorremos el pueblo varias veces y vemos más bandurrias que personas.
Se ve que Crucero es un pueblo de paso, un lugar donde muchos de sus habitantes deciden migrar y salir a otras localidades.
Nos cuesta convocar a los vecinos a una reunión para trabajar en el proyecto. Así es que no nos queda otra que salir en búsqueda de ellos.
Vamos casa por casa, almacén por almacén presentándonos, contando la idea de trabajar sobre lo audiovisual, realizando el ejercicio del mapa y las preguntas, recolectando sus historias sobre el pueblo.
Todos nos hablan inmediatamente del tren que desapareció después del Golpe del ´73. Rememoran con nostalgia este ramal. “Antes este pueblo era bonito, estaba lleno de vida. Pasaba el tren y había una plaza al ladito donde jugábamos cuando éramos chicos. Nos gustaba poner monedas en los rieles para que se aplastaran cuando el tren pasaba. Era distinto, este lugar estaba vivo.”
También surgen las historias de crónica roja. Nos relatan los crímenes que han sucedido en Crucero en la última década. Nos hablan del hombre que fue descuartizado por una jauría de perros al lado de la fuente de agua, del desaparecido que apareció cubierto de cal después de una subida del río, del hombre que murió quemado después de que unos ladrones lo amarraran y le prendieran fuego a su casa.
Todos nos hablan de la necesidad de tener una plaza. “Acá hace falta una plaza. Sólo tenemos este terreno baldío y la cancha para reunirnos. Pero falta un lugar bonito acá, con sillas, juegos para los niños, un lugar para pasar el rato, para pasar las tardes”.
También nos cuentan historias como la de los campesinos arrojados al río en el ´73 o la de los haitianos que han llegado a vivir acá y que sufren explotación laboral en los fundos.
Nos vamos enterando de muchas historias y grandes conflictos en un pueblo tan pequeño.
Seguiremos adentrándonos en los espacios íntimos, ahí es donde podremos conocer los relatos de este lugar.