En metro Baquedano, Santiago, tuvimos la posibilidad de reunirnos con Patricio Arrau, un fan de Mehuín, sus antepasados eran habitantes del sector.
Trae en su bolso una serie de fotografías, con nostalgia nos cuenta como era la localidad, como se ha ido modificando en el tiempo, puesto que desde su infancia en reiteradas ocasiones, la ha visitado.
El sentirse de una localidad viviendo en otro lado, es un fenómeno que abarca transversalmente distintas generaciones. La forma que hace durante algunas décadas se está llevando respecto al cómo habitar el territorio, la reducción de superficie cultivable, el reemplazo de los bosques nativos por forestales, el agotamiento de los recursos marinos, en definitiva, la pérdida de una cultura propia fuertemente arraigada a un territorio, empuja a la gente a emigrar y depender de los espacios donde están los servicios y centros urbanos. Muchas personas por trabajo han tenido que dejar de lado familia, amistades, entornos, en privilegio de la economía. Esto es otro fenómeno que se repite en las distintas localidades del país, el que no haya suficientes fuentes de trabajo para todos los habitantes que los sectores engendran.
A pesar de que son personas que no habitan el espacio cotidianamente, tienen mucho que decir del sector, el testimonio de muchos veraniantes ha sido sumamente enriquecedor para reconstruir la memoria, dado que también tienen muchas vivencias, tenían acceso a registro fotográfico en tiempos donde una cámara era un lujo.
Así como Patricio hay muchas otras personas que mantienen activismo por redes sociales, fomentando actividades vinculadas al patrimonio, la naturaleza, el turismo, educando. Personas que vuelven de vez en cuando y que quisieran estar siempre ahí.