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Residencia: Laipintur, con otros ojos San Pedro de Atacama, Antofagasta - 2019 Residente: Gabriela Paola Barrera Reyes
Publicado: 17 de febrero de 2020
¡A la Plaza!: ¿Hagamos un cuento?

Hace algún tiempo atrás conocimos a Alejandro y Raúl, ellos nos vincularon con el pueblo y su cotidianidad. Artesanos, productores y conservadores culturales del territorio, se han dedicado a trabajar diversas técnicas en lanas en sus diferentes estados.

Alejandro pertenece al Ayllu de Quitor, Atacameño-LickanAntay, conserva en sus raíces el trabajo con la lana de las ovejas con las que creció de pequeño. Raúl, copiapino de corazón nacido en Los Andes, conserva en sus raíces el trabajo y la delicadeza de crear con lana ya hilada y también en vellón, residente de la comuna hace ya 3 años.

Ambos son artesanos, autodidactas que han participado en diversos espacios culturales, que van desde la creación, hasta el pertenecer a staff de producción de eventos culturales de algunas fundaciones culturales, públicas y privadas, de la zona.

Con cada encuentro fuimos construyendo un espacio que pudiese albergar la transmisión de estas técnicas a residentes y turistas. Fue así como propusieron hacer un Laboratorio de vellón que tuviese como resultado la creación de un cuento stop-motion.

El día 27 de enero dimos inicio al Laboratorio creativo, ¿Hagamos un cuento?. Este laboratorio se transformó en un espacio de co-creación, del cual desconocemos su resultado, ya que todas las gestiones de espacios realizadas se vieron inciertas ante la falta de espacios culturales públicos en donde se pudiese realizar la convocatoria. En ese andar conversamos un día con el “curita” del pueblo, personaje de respeto para el sincretismo religioso de la zona, él nos ofreció una sala de la parroquia, y así dimos inicio al laboratorio, el primer día nos dimos cuenta de que el espacio de la sala era algo invisible, pese a la convocatoria de la radio, los afiches, e informaciones entregadas, costaba convocar personas, hasta que decidimos salir de aquella sala. Con la parroquia conseguimos mesones y sillas y al estar frente a la Plaza facilitó  la instalación del Laboratorio, sobre la marcha conseguimos el permiso Municipal correspondiente y dimos pie a la utilización del espacio público, que para fortuna de nosotrxs no se encontraba solicitado por ninguna organización.

El laboratorio se realizó dos veces por semana y compartimos tanto con la comunidad local, como con turistas, todxs valorando la instancia positivamente. Espacio que nos permitió contar sobre nuestro proyecto “Laipintur, con otros ojos”, compartir sus objetivos e ir descubriendo que las cosas no siempre son como parecen.

 

 

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