Luego de un fin de semana casi completamente sola en el pueblo, este día martes Colchane volvió a su dinámica cotidiana. Con ella volvieron algunos suministros cortados o escasos durante el feriado. Nada terrible, en mi caso sólo gas y lugares donde comprar comida, pero ya sabía que en Colchane tenía que practicar la paciencia.
Además, igual que durante mi primera visita al pueblo, luego de unos días comencé a sangrar por la nariz debido a la falta de humedad en el ambiente. Recuerdo haberme asustado antes, pero como ya me han dicho que es “normal”, fui directamente al consultorio a retirar mi suero y algodón para limpieza nasal, al igual que todos aquí.
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A partir de la activación de contactos previamente establecidos en el marco del proyecto de residencia, comencé a coordinar una serie de encuentros con el ánimo de poner en marcha las actividades propuestas.
A la fecha ya he podido conversar y recibir la colaboración de distintas personas, como la Sra. María Choque, artesana sello de excelencia en Artesanía Regional (quien me enseñó su casa, su trabajo, y además me dejó jugar con alpacas bebés); Natalia Maldonado, psicóloga del Consultorio General Rural Colchane; y también profesionales del Municipio, en las áreas de Turismo, PDTI, DIDECO y SECPLAC. Todos ellos han mostrado interés en el proyecto y excelente disposición a ayudarme en lo que he necesitado hasta ahora.
Por otro lado, el Liceo Técnico Profesional de Colchane, que recibe en sus aulas a la mayoría de los niños y jóvenes de la comuna, además de un grupo de Bolivia, es uno de los espacios y comunidades con la cual he querido comenzar a trabajar, y su respuesta en general ha sido muy positiva.
Salvo por un breve e incómodo momento, en el cual uno de los profesores esperaba una donación directa por parte del proyecto, y al no obtenerla, rechazó la participación comprometida de forma poco amable; la experiencia está partiendo muy bien, con pocos cambios en la planificación inicial.
La dirección a cargo de la Sra. Carmen Mora, me recibió con los brazos abiertos. Gracias a su autorización y recomendaciones, ya pudimos vivir nuestro primer espacio de encuentro e intercambio con el tercer año medio especialidad Párvulos, y también con el Taller de Fotografía, dirigidos por las profesoras Arsenia Choque y Camila Ramírez, respectivamente. Ambas experiencias dieron cuenta de la curiosidad en las niñas y docentes, su creatividad, calidez, y por supuesto, una enorme riqueza cultural vinculada a la cosmovisión Aymara. Estoy segura que ellas me enseñarán mucho más de lo que yo podré alcanzar a entregarles durante el tiempo que esté en el pueblo.
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Como se acerca el fin de semana, y se ha hecho muy difícil conseguir algunos alimentos en el pueblo, principalmente frutas y verduras, preparo mi primer viaje de abastecimiento a la ciudad de Iquique. “Bajaré” por primera vez este viernes, “subiré” el sábado, por lo que seguramente tendré que volver a adaptarme.