Entre los días 31 de octubre y 1 de noviembre, se conmemora en la comuna el día de muertos o todos los santos. Quizás para quienes son conocedores o partícipes de la cosmovisión Aymara puede ser menos novedoso, pero para quienes no tenemos ninguna relación con ella hasta ahora, no deja de ser curiosa y sumamente interesante la forma en la que aquí los vivos se relacionan con sus muertos.
Para empezar, me cuentan que el día 31 corresponde visitar a los niños que han fallecido, mientras que el día 1, se visita a los adultos. Esta visita de orden familiar, implica la restauración de las sepulturas y animitas, además, flores y ofrendas. Debido al clima de la zona, se tiende a comprar flores plásticas con el fin de cambiarlas menos frecuentemente. Por otro lado, las ofrendas corresponden a cosas que el difunto disfrutaba en vida, para compartirlas sobre su sepultura, principalmente comida y bebida. Generalmente, luego del ritual antes descrito, la familia vuelve a casa y se reúne una vez más para comer y recordar a sus fallecidos.
Después de escuchar estos relatos (y otros más), además, aprovechando el feriado y la instancia de residencia, quise ver todo esto en el cementerio de Cariquima, uno de los poblados con mayor cantidad de habitantes en la comuna, que se encuentra sólo a unos 30 km aprox. de Colchane.
Todo estaba listo para partir junto al encargado de turismo de la municipalidad, Alex Bachmann, quien amablemente me había invitado, cuando decide preguntar por el transporte y recibe la noticia de que partió horas antes, obviamente sin nosotros. Como normalmente en Colchane ya es difícil movilizarse fuera del pueblo durante los días de semana, en día feriado sólo queda cambiar los planes.
Decidimos salir a caminar por los alrededores para matar un poco el tiempo.
Fuimos desde el pueblo hasta la frontera, pasando por la feria transfronteriza, las ruinas de la antigua Pisiga Carpa, la iglesia de Achauta (monumento histórico), bofedales y el cementerio de Cotasaya, en donde pudimos ver pasar algunos autos de familias que llegaban de visita. En este último lugar, sólo tomé fotografías de contexto, evitando molestarlas.
Si bien no fue el plan original, resultó un recorrido bastante interesante, sobre todo porque Alex maneja mucha información del contexto (flora, fauna, arquitectura, migración, cosmovisión Aymara, entre otros), que por primera vez tuve la oportunidad de preguntar en terreno y sin mayores reservas. Por lo general, la información que manejo es por lectura de libros, artículos y conversaciones con miembros de la comunidad, en las que tiendo a escuchar más y preguntar con cuidado. Fue un buen cambio para variar.
En fin, espero más adelante tener la posibilidad de conocer Cariquima, y algún día volver para participar de la conmemoración del día de muertos en la comuna.
(…)
A principios de esta semana, también se llevó a cabo una reunión de socialización, en la cual pude compartir lineamientos generales del proyecto de residencia con diferentes profesionales de la Municipalidad, alcalde incluido. En ella también participaron algunos miembros del equipo de Red Cultura de Tarapacá.
A partir de esta instancia, el apoyo manifiesto de la alcaldía y algunos departamentos del municipio para todas las actividades a realizar en el marco de la residencia, se ha visto reflejado en distintos tipos de colaboración, que espero continúen a lo largo del desarrollo del proyecto.