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Residencia: Día D Tierra Amarilla - Casa de la Cultura, Atacama - 2018 Residente: Colectivo Rosa Ladrillo
Publicado: 30 de septiembre de 2018
Caminante no hay camino

Durante esta semana nos hemos dedicado a conocer a las personas de Tierra Amarilla, en nuestros recorridos por la comuna nos encontramos con Manuel (56 años) en situación de calle que nos abordó para pedirnos dinero, luego nos volvimos a encontrar con él en la oficina de pastoral debido a que buscábamos el local donde se reúnen los habitantes de la tercera edad. Eran casi las 5 pm y nos sentamos en una banca frente a la sede a esperar a las señoras, cuando aparece Manuel y nos pregunta desde la vereda de al frente cómo nos había ido. Se sentó en nuestra banca y empezamos a conversar.

De allí en adelante la situación era surreal, llegaron varios amigos de Manuel que se encuentran en su misma situación y que además no son vistos con buenos ojos por la comunidad, el alcoholismo es un problema latente en Tierra Amarilla. Él nos contó que había llegado a la comuna por trabajo en los parronales, situación que se reiteraba en la mayoría de sus amigos.

José (37 años) vino de Angol a trabajar en las parras, “Patito” (50 años aprox.) tenía estudios de técnico agrícola y buscando trabajo llegó a la comuna. El “loco Claudio” (50 años aprox.) se considera un caminante.

Manuel nos invitó a la casa de “Patito”, un ruco como él lo llama, una vivienda sencilla construida por sus propias manos, sus mayores posesiones son sus perros que los cuida con ayuda de la sociedad protectora de animales (Dominó y Liebre son dos de sus fieles compañeros), de hecho, cuando lo vimos anteriormente en la plaza, iba acompañado de a lo menos 10 perros. En su casa nos mostró un cuaderno que se había mojado, allí escribe sus memorias, sus poemas y emociones: “Cuando yo me muera, aquí van a leer mis escritos, aquí va a estar mi historia”.

El “Loco Claudio” se considera un caminante, nos contó sobre el origen de la canción “caminante no hay camino” – busquen a Antonio Machado, portugués, esa canción la escribió cuando se fue al exilio y Serrat lo musicalizó-, conversamos sobre música, poesía e inventores.

Valentina les preguntó por la música que les gustaba escuchar y pidieron Deep Purple, Grand Funk, Cat Stevens, sus expresiones cambiaron y Manuel se sintió viajar a sus recuerdos, se sumió en las canciones de su pasado.

Luego de compartir varias horas con ellos, debíamos partir a nuestra casa, “Patito” emocionado le regaló a Valentina un rosario y un peluche de perro negro “Joe”, el “loco Claudio” además de bautizarme como Madame Curie (por Marie) me regaló un polerón para el frío: “somos atorrantes, pero elegantes. Borrachos pero buenos muchachos”

Quedamos atónitas con la experiencia, entender las diversas realidades de la comuna y tener el privilegio de compartir con quizás las personas más libres que hemos conocido. Nos dieron todo lo que tenían: su conocimiento, su tiempo y sus experiencias de vida. ¿Qué más se necesita para vivir?

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