El día martes 3 de diciembre llegamos a San Pedro de Atacama para iniciar la Residencia de Arte Colaborativo.
Vivimos en un Chile muy distinto al de fines de Agosto, fecha en donde realizamos nuestra visita en terreno, otro San Pedro de Atacama nos recibe hoy.
Nos encontramos con una comuna en donde podemos ver, conversar y develar una cotidianidad que se construye desde el diálogo de quienes han estado invisibilizados por la vorágine de ser uno de los destinos más turístico de Chile.
Quisimos comenzar nuestra residencia visitando la Plaza de San Pedro que es conocido como el punto de encuentro para personas de todas las edades. En el lugar nos encontramos con familias, profesionales, quienes nos comentaron que se encontraban ahí a apropósito del Día Internacional de la Discapacidad, en el fluir del estar y conversar, fuimos descubriendo la importancia de generar un cambio que abra la posibilidad de construir una comuna más inclusiva, nos comentaron que realizarían intervenciones para visibilizar lo complejo que es tener una discapacidad en una sociedad que no los considera, como una denuncia institucional siendo sordo mudo, no tener accesos expeditos a los cajeros automáticos si usas silla de ruedas, y otras acciones cotidianas qué se transforman en un problema cotidiano en quienes viven en la comuna.
En el transcurrir de estos días nos hemos ido dando cuenta que las calles de San Pedro ahora son marcadas por el transitar de quienes viven aquí, no vimos la misma cantidad de turistas que suele haber en estas fechas, ni los que vimos en nuestra visita de terreno, lo que entendemos es un golpe a la economía, pero una posibilidad de reencuentro, de diálogo, de colaboración, de ser comunidad…