El antiguo hospital de Pisagua fue declarado Monumento Nacional en 1990, ochenta y un años después de su edificación. El hospital es una construcción imponente, quizás la más imponente luego de la cárcel construida durante la misma época y que desde el mar se ve como el edificio mas prominente de Pisagua.
Su apariencia actual es fantasmagórica, las salas interiores son espacios amplios, vacíos, polvorientos y abandonados, sus muros inclinados anuncian un inminente desplome, un edificio enfermo pero recuperable.
Algunas familias vivieron en este espacio hasta mediados de la última década, fueron desalojados por parte de los mismos vecinos y de las autoridades que supuestamente no poseen las herramientas necesarias para salvar este monumento que encierra muchas historias dramáticas de la época salitrera, los maltratos y el descuido de entonces repercutieron en la población de aquellos años, transformando el hospital de Pisagua en un lazareto que luego fue desplazado a sitios apartados donde el contagio no fuera tan evidente. El maltrato y el descuido de sitios patrimoniales hoy en día también repercute en la población que pierde día a día una historia valiosa y una identidad adquirida e indiscutible. Las autoridades no están y la población tampoco, mientras tanto el Hospital de Pisagua, el Monumento Nacional, está agonizando al igual que su historia.