Hace algunas semanas, junto a las mujeres que se reúnen en la biblioteca, acordamos comenzar los encuentros en el mes de enero. Aún así, este último tiempo percibimos que sus cuerpos decían otra cosa, venían postergando el comienzo de las jornadas, hasta que finalmente el viernes pudimos hablar con todas.
Fue incómodo y difícil ponernos de acuerdo. Muchos pero de por medio, entre ellos dónde nos íbamos a reunir, ya que el Alcalde no dio permiso para hacerlo en la biblioteca, según nos dijo Guadalupe, la encargada. Les propusimos usar la casa donde estamos viviendo y habilitarla como taller pero tampoco las convencimos. Luego, entre ellas tampoco podían ponerse de acuerdo sobre qué tipo de bordado hacer, algunas dijeron que preferían hacer otra cosa.
Se van rompiendo pequeños acuerdos y lo entendemos. ¿por qué quedarnos donde no queremos estar?
El lunes no llegaron todas, ni la mitad. Solo estaba Guadalupe y Mónica quienes dijeron que por temas de trabajo no iban a poder. Las acciones dicen más que las palabras y nosotras ya sabíamos que algo así podía pasar. Creemos que existe cierto temor, nadie quiere contradecir a la autoridad y si el alcalde dijo que no nos podíamos reunir en este espacio público, no se quiere hacer otra cosa.
Nosotres no tenemos miedo, no hay nada malo en armar conexiones y colaboraciones en la villa y es importante recordar que nadie puede decidir sobre otre, ni menos prohibir reuniones o encuentros.
Al rato llegó Yeya, dijo que ella seguía en el plan acordado y que creía que su hermana Loly también iba a querer sumarse. Nos quedamos con dos mujeres del grupo que tienen las ganas y el deseo de crear. Estamos contentas de haber podido enganchar con ellas, quedamos de reunirnos en nuestra casa y en las de ellas, nos iremos turnando.
Al tiempo, los encuentros con las mujeres del Centro de Madres siguen su curso. Por las tardes nos reunimos y se arma una energía muy rica de trabajo. A medida que avanzan las jornadas vamos fortaleciendo lazos. Se siente bien estar en un espacio público reapropiado por mujeres. Van firmes y valientes, enfrentando discriminaciones y malos tratos, pero nadie las detiene. Nos da fuerza verlas y sentirlas seguras.