Nos tomamos dos días de descanso, aprovechando que algunas integrantes del Centro de Madres nos habían dicho que durante la semana no iban a poder reunirse. Así que decidimos, junto a ellas, vernos la semana siguiente.
Desde que llegamos a Magallanes teníamos el deseo de ir a conocer Karukinka en Tierra del Fuego. Así es que decidimos ir antes de comenzar la etapa final y quizás la más compleja del proyecto. Así agarramos energías de lo natural y asombroso del territorio para reunir fuerzas para lo que se nos viene.
Fue un viaje largo de alrededor de 8 horas, donde fuimos conociendo algunas pequeñas localidades. La realidad es que la ruta hasta Karukinka se hace interminable y nos sorprende que entre la pampa, aparezca un bosque de lengas y ñires. Estamos al fin del mundo y el cuerpo lo siente.