BitácoraResidencias de arte colaborativo

Residencia: Cooperativa de relatos Cerro Mayaca - Centro Cultural Leopoldo Silva - Quillota , Valparaíso - 2018 Residente: Colectivo Escuela Documentales de Barrio
Publicado: 2 de diciembre de 2018
Estatua recuperada

“Aló, ¿vieron las noticias? Lo encontraron. ¡Encontraron el ángel robado!”.

Hace una semana, Carlos Romero, el marmolero, dirigió a un grupo de 20 niños por el Cementerio Mayaca. Se detuvo frente al pedestal de una estatua sin estatua, que sólo tenía un cartel colgado como collar que decía: “Ángel robado”, y dijo: “Niños, aquí un familiar mío tenía un ángel de mármol de dos metros que trajeron de Italia. Alguien se lo robó en 2014 y ahora está muy, muy triste”.

Ese día también, antes de actuar como diablos andinos en el tour, el Rodri y el Mati saltaron desde la muralla del cementerio y el Mati se fracturó una pata. Así que el viernes decidimos ir a grabar la cápsula radial a su casa, en la población Antumapu. Las/os chicas/os redactaron un guión donde hablaban sobre cómo fue el tour y se abordó la noticia de la semana: que fue un millonario de la sexta región el que se había robado el ángel del cementerio. Quedó pendiente una entrevista en terreno a Carlos. Y un nuevo integrante, amigo del Mati y auto-apodado Autista al Cuadrado, se hizo cargo de una nueva sección musical.

El sábado íbamos a emitir la cápsula en el programa Perillas, pero la Teletón hizo de este un finde flojo, y ni uno de los Dj vino a la radio. Así que fuimos de todas maneras con algunos chicos al Cecof a comer pescado frito solidario (para unos vecinos que se les quemó la casa), vimos el Making Off del recorrido en el cementerio y entrevistamos al Mati chico, de Aconcagua Norte, para sumarlo al programa.

Nos cruzamos en el pescado frito con el concejal Balbontín del cerro, del que nos vienen hablando hace rato. “El río está casi seco y la economía agrícola sufre. Pero falta muy poco para que la sequía deje a las casas sin agua, y si no se hace algo pronto esto se va a poner muy complejo”, contó lento y apesadumbrado.

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