Nos hemos planteado como objetivo llegar a un grupo heterogéneo de habitantes de Tierra Amarilla, para ello hemos levantado la información de diferentes agrupaciones como la Oficina de Discapacitados y Anawin, esta última institución pertenece al Hogar de Cristo.
Nos contactamos con Cecilia, la psicóloga del lugar, y agendamos una reunión con los residentes de Anawin para conocernos y ponernos al servicio de sus inquietudes. La recepción fue espectacular, nos recibieron con los brazos abiertos, compartimos chocolate y nos mostraron algunos trabajos que ellos realizan como el tallado en madera.
Ellos propusieron realizar una actividad colectiva en torno al oficio del grabado, el tallado y la construcción con madera. En conjunto decidimos trabajar con maderas desechadas que pudiesen tener una segunda vida útil y que pudiésemos acceder por medio de la misma comunidad.
Los residentes de Anawin provienen de diferentes comunas de la región de Atacama como El Salvador, Diego de Almagro, Chañaral, etc. La motivación del grupo ha sido importante y se han mostrado interesados en el trabajo colaborativo, cada uno de ellos posee una visión particular del material y de los oficios como una forma de aprender algo nuevo, más allá de un fin económico.
Nuestra pretensión es trabajar en conjunto con ellos durante toda la residencia, para ello hemos establecido horarios con las coordinadoras, además de reunirnos con ellas y explicar nuestra metodología de trabajo en donde no existen tratos diferenciados como en la labor de un profesor, sino una relación real de un tú a tú: como una real comunidad donde todos tienen acceso a proponer, definir y ejecutar.