BitácoraResidencias de arte colaborativo

Residencia: Aire, mar y tierra Colmuyao - Cobquecura, Ñuble - 2018 Residente: Enrique Flores
Publicado: 14 de diciembre de 2018
La exposición de los niños

Sabíamos que nos quedaba poco tiempo, las clases se terminaban ese día lunes. Prácticamente el viernes había sido su último día, pero tenían que ir ese próximo lunes porque les quedaba ir a dar un último examen para poder cerrar el año. Estaban contentos porque el día 18 iría el viejito pascuero a entregarles un regalo a cada uno y no volverían hasta marzo, otros ya no volverían a Colmuyao porque sus estudios seguirían en Quirihue, Cobquecura o en otro pueblo cercano. El viernes anterior habíamos llegado con materiales para trabajar en algo en particular: tenían que pintar una obra sobre Colmuyao porque iba a ser expuesta en su primera exposición de arte, la cual se iba a realizar en el gimnasio techado frente a la Escuela. Llegamos con pintura fosforescente y metálica, pinceles, mezcladores y papeles para que se motivaran a trabajar. Como ya los habíamos empezado a conocer ya sabíamos quiénes eran los que se iban a emocionar con la idea y los que no se iban a emocionar tanto, o eso pensamos, porque al final muchas de las mejores obras las hicieron quienes al comienzo no querían ni asistir a nuestras actividades en las horas recreativas. Como ya les habíamos preguntado en actividades anteriores sobre su entorno y lo que les interesaba sobre él, no les fue difícil empezar. Estábamos con equipo completo gracias a Javier González e Ignacio Wong quienes nos ayudaron a mantener el orden en la sala y a guiar a los niños en el proceso de armar su pintura. Para motivarlos les dijimos que le daríamos premios sorpresa a las tres mejores pinturas, y todos se pusieron las pilas. Sin embargo los resultados generales fueron muy buenos y hasta ellos se entusiasmaron con las pinturas de sus compañeros, tanto así que comenzaron a armar la exposición de pintura dándoles un orden y especulando sobre quién iba a ganar los premios lo cual dio pie para que aparecieran las preguntas por menciones honrosas y premios al esfuerzo. Una vez terminando el ejercicio nos dimos cuenta que era mejor darle premios a todos por algo en particular, cosa que llevamos a cabo dándole un diploma por alguna mención a cada uno según la pintura que habían hecho.

El fin de semana estuvimos arreglando las cosas para que el día lunes tuviéramos todo listo para hacer un cierre final con los alumnos, el cual empezaría con el recorrido por la exposición, una premiación por las obras y cerraríamos con una pequeña convivencia para que lo pasaran bien.  

Llegó ese día lunes y partimos al gimnasio a colgar las pinturas. Poco después llegaron los niños, los cuales dieron una vuelta por la exposición y los invitamos micrófono en mano a pasar a la premiación. También fueron a mirar la exposición las profesoras de la escuela, apoderados que habían ido a buscar cosas y personal de la Municipalidad que estaba dando vueltas por el sector. Fuimos llamando a cada niño según el premio que habían ganado (“mejor loica solitaria”, “mejor lobo de mar bajo la lluvia”, “mejor auto saliendo de Colmuyao”, etc.) y les entregábamos una cajita de chocolate y un diploma. Cuando terminamos saltaron a la mesa que tenía la comida de la convivencia que habíamos preparado porque estaban muy ansiosos por que tenían cosas ricas para comer. Algunos entendían el tema del menú saludable y no comieron tanto, otros se excusaban diciendo que era sólo una vez a la semana. Cuando se acabó la comida se armó una pichanga, y otras niñas se fueron a jugar a la “peste” y las más grande a conversar en las graderías. Ahí los niños nos preguntaban cuándo íbamos a volver y nos preguntaban qué actividades íbamos a hacerles el próximo año.

Al final cuando hubo que terminar la actividad, los niños se veían muy felices por lo que habían hecho y porque estuvimos ahí con ellos. Si bien nosotros ideamos esta actividad con la finalidad de acercarnos a la comunidad y a los padres de los alumnos, también nos fuimos felices porque la actividad había resultado bien y porque sentimos que al final pudimos hacerles ver que eran capaces de hacer cosas que ellos no sabían que podían lograr.

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