Ya han pasado casi dos meses desde que llegamos a Curriñe y hemos estrechado lazos con mucha gente que con gestos muy amorosos nos ha abierto las puertas de su casa para conocerlos y compartir siempre con mucho cariño algo de comer acompañado de un mate o un tecito.
También hemos sido observadores de las distintas historias que han sucedido aquí y de la cual en cada visita recibimos fragmentos y distintos puntos de vista de la historia que ha hecho de Curriñe lo que es hoy. La matanza de Chihuio durante la dictadura, la cesión de terrenos también en este periodo, la muerte de 17 personas en una embarcación en el lago Maihue y todo lo que ha generado sesgos y también fragmentación dentro de la comunidad. En un lugar donde actualmente se identifica en su mayoría por evangélicos con tendencias de derecha y campesinos, aquí casi todos son familia y aún así, la comunidad se ha ido fragmentando cada vez más con el tiempo.
Toda esta información familiar, histórica y de vínculos quebrados o fortalecidos con el tiempo, nos ha motivado junto a algunas mujeres de Curriñe, quienes son las más entusiastas de trabajar con nosotrxs, en poder comenzar un documental en conjunto, para hablar de la fuerza de esta mujer campesina, y como en esta nueva infancia de niñxs del 2020, se está luchando por romper estos paradigmas y generar un cambio aquí en el campo, en Curriñe, donde las prácticas familiares, muchas de ellas patriarcales se han ido heredando, pero que ahora, en este presente, ya nadie está indiferente en reconocer lo despiertxs que están lxs niñxs y las oportunidades que estxs tienen.
De esta manera, con las ganas de desentrelazar y liberar un poco todo peso histórico negativo, es que nace esta idea de crear en conjunto, un documental que pueda reflexionar sobre el rol de ser mujer en el campo, enalteciendo su invisibilizado matriarcado, admirando sus múltiples creaciones, por ejemplo en artesanías, gastronomía, etc. Ejemplo de mujeres multifacéticas que han hecho de sus múltiples saberes su forma de vida. Todo esta sabiduría de madre, de abuela, de mujer, es lo que queremos realzar, y como se puede heredar lo bueno, a la vez liberando de todas las trancas a estxs nuevxs niñxs que tienen, “como siempre dicen lxs padres”, las oportunidades de hacer lo que sus antepasados no pudieron.
La inspiración de este documental nace de la estrecha relación que como equipo de residentes hemos tenido con la Sra. Erminda Soto, vecina nuestra, quien alberga en su casa el quincho donde da comida a los turistas, además de recibir día a día a sus más de 7 nietos, sus 3 hijas, además de su esposo y amigos. Ella amorosamente, los atiende, los cuida, los alimenta y todo con una fortaleza de una mujer imparable y llena de una sabiduría anónima que ella parecía no saberlo, y que nosotrxs si hemos visto en ella y hemos tratado de que ella pueda verse a si misma como una valiosa mujer creadora.
Sumado a estos ánimos con el que estamos comenzando el documental, es que estamos creando en conjunto a ella , un proyecto de convertir su quincho en un futuro espacio de comunión con las mujeres de Curriñe y también lxs niñxs de este lugar, para que a futuro, una vez nosotrxs hayamos dejado este lugar, ella pueda empoderarse de este espacio y poder compartir sus saberes, lxs niñxs tener su espacio de creación y las mujeres su refugio de intimidad.