La Roca fue durante el auge del salitre un punto de encuentro en Pisagua para los antiguos habitantes de origen chino, en ese entonces el lugar era conocido como La Pagoda, un lugar dispuesto en las alturas de la caleta y que se distingue por la imponente roca que sirve de apoyo y muro interior. En este lugar sólo los trabajadores chinos del puerto de Pisagua podían subir desde los embarcaderos y muelles, este lugar se transformaba en el único espacio donde los trabajadores mas explotados podían abstraerse fumando opio y bebiendo hasta desaparecer, con el tiempo el lugar fue olvidado por la gran mayoría de los habitantes y completamente desconocido para muchos de los actuales pisagüeños.
La recopilación de historias llevadas a cabo por Catherine Saldaña y que compilara en el libro “Rescatando la memoria del ex puerto de Pisagua” del 2010, relata la historia de este antiguo lugar, lugar que la misma autora transformara en su hogar junto a su esposo Rafael, ex camarógrafo de Televisión Nacional, quien luego del exilio decidió radicarse en la caleta y transformar a La Pagoda en el hostal La Roca.
Este fue el lugar que decidí transformar en mi hogar durante los tres meses que estuve viviendo en Pisagua, este fue el lugar donde conocí a Marcos, Tamara a Darío, Camila y Martina, los principales involucrados y comprometidos con este proyecto. En La Roca comenzamos a planificar junto al equipo incorporado en la residencia, la forma en que trabajaríamos en conjunto, escuchando relatos, configurando un guión, trazando los posibles productos de esta vinculación, ideando el contenido de esta residencia, colaborándonos, aprendiendo y conociendo a la gran mayoría de los habitantes de este lugar inmensamente rico.