La subjetividad de nuestra mirada está condicionada por nuestra historia, los elementos que rescatamos están ordenados según la importancia que nosotros mismos les hemos otorgado desde nuestro aprendizaje y desde el acercamiento con el contexto en que crecimos.
En Pisagua los habitantes más pequeños reconocen su entorno desde este ejercicio, no existen los prejuicios que la mayoría de nosotros le otorgamos a este lugar, la carga dolorosa que soporta Pisagua aún no es asimilada por los nacidos en las últimas décadas, para ellos la caleta es el lugar donde viven, juegan o estudian, y las imágenes con las que ellos reconocen su lugar son las que han marcado su propia historia.
El ejercicio que Alejandro Delgado propuso en nuestro encuentro con los estudiantes de la Escuela G-49 estuvo concentrado en este rescate, las imágenes limpias de quienes están comenzando a escribir y a vivir en un lugar que nosotros no podemos dejar de asociar con lo más oscuro de nuestra historia país.