Las historias que he podido escuchar de Pisagua son historias vividas por los mayores, por personas que han llegado o han vivido por muchos años en esta caleta buscando recursos o llegando por distintas circunstancias, ellos han intentado construir una nueva historia de este lugar, sacarse el estigma de abuso y sufrimiento que dejó la dictadura y que está encriptado como herida que no logra cicatrizar. Son historias de recorrido, historias de años y que han forjado un contexto particular donde todos nos conocemos.
La mayoría llevan veinte, treinta e incluso más años en este lugar y han visto a sus hijos crecer, estudiar o trabajar en Pisagua, los niños que ahora nos recibieron serán los adultos que seguirán construyendo la historia de la caleta o quizás no, pero de todas formas las imágenes y las acciones que hicimos junto a ellos espero las conserven y que en veinte, treinta o incluso más años puedan ver la foto que tomamos juntos y se puedan reconocer en el lugar que los está viendo crecer.