Este martes en la Escuela G 27, previo a la sesión de colorear las grandes zonas faltantes en el boceto general del mural, repasamos teoría del color para ver cómo estaban, si sabían hacer colores a partir de los primarios. Partimos de la práctica si, con un experimento de óptica para entender el fenómeno cromático y cómo el color depende de nuestra percepción. Benjamín al menos se acordaba y sabía hacer los terciarios y luego él les soplaba como hacerlos, aunque sigo escuchando entre ellos o que me pregunten ¿cómo se hace el verde?
Al día siguiente al fin estamos frente al muro, lo primero fue limpiarlo con espátula y lijamos para quitar toda la pintura suelta que había. El muro se encuentra a un costado de la cancha de baby fútbol y frente al primer pabellón del colegio, con una ubicación central en el interior del complejo. Tras limpiar el muro lo primero que tendríamos que decidir era si tapar o no un par de grafittis que según contaban los habían pintado unos hiphoperos que una vez pasaron por el colegio pero que los profesores lamentaban la nula participación de alumnos en él. Al discutir sobre el tema, Diana fue la principal opositora a cubrirlo, argumentando que no le gustaba aunque dejaba daba a entender que le tenía cariño porque le había acompañado hasta ahora, ya en su último año. Aunque la mayoría lo quería tapar, decidimos integrarlo al mural y no borrarlo por completo.
Ya al dibujar nos distribuimos el muro, y tiza en mano partimos por reproducir el boceto. Tras algunos ajustes de escala y espacio, rápidamente fueron desertando quienes decían ser “malos pal dibujo”, quedamos los suficientes para no trabajar apretados, incluso llegó el refuerzo de una auxiliar del colegio muy cercana a algunas niñas del curso, les quiso ayudar haciéndose cargo junto a ellas de toda una sección correspondiente a un cuarto del mural, en donde se encuentra la escena de un personaje con una motosierra cortando un árbol y un narcotraficante disparando con una metralleta a otro hombre. Esta parte del mural fue creada por Ángel y Joel en el boceto, el primero con la idea y el segundo con el dibujo, rehaciendo un primer boceto de Ángel. Joel, uno de los mejores dibujantes del curso, no pudo estar presente en esta parte del proceso al ausentarse dos semanas por problemas de salud. Ya casi al terminar la sesión del día, me acerco a ver como estaba quedando esta parte del mural y me encuentro con la sorpresa que el narcotraficante ya no tiene una metralleta, sino que ahora posee un cuchillo, al preguntar por esto me dicen que lo cambiaron ante la dificultad de dibujar la posición de los brazos que tomaban la metralleta en el dibujo de Joel.
Escribe Ivo Vidal