El viernes comenzamos el proceso de taller con las mujeres del Centro de Madres. Ellas, decidieron trabajar en la construcción de esculturas en vellón. Tienen experiencia y es una práctica que les acomoda y les gusta.
Para comenzar este periodo de activación, les propusimos retratarse en una escultura. Como una forma de subvertir las diversas percepciones del cuerpo. Modelar en vellón ideas y sentimientos para producir nuevas subjetividades colectivas.
Esa tarde, apenas llegamos, las mujeres comenzaron a trabajar en sus esculturas, cada una con aguja y esponja en mano, sobre la mesa con los demás materiales.
Para ninguna, incluyéndonos, fue fácil comenzar a moldear la escultura de nuestros propios cuerpos. Pero hay ganas, a pesar de las pequeñas frustraciones que surgen por enfrentarnos algo nuevo, hay voluntad y deseos de continuar.